jueves, 24 de diciembre de 2015
Querido amigo.
Doble cara.
lunes, 21 de diciembre de 2015
Tacto
Mis manos recorren su cuerpo despacio, acariciando desde su frente hasta sus tobillos, deteniéndome a quitarle los zapatos. Acaricio sus pies con las yemas de los dedos, lentamente. Recorro la tela de sus vaqueros ajustados hasta llegar al botón que me separa de sus bellísimas piernas y desabrocho los botones que le siguen con el máximo cuidado. Hago los pantalones a un lago y me entretengo en besar sus rodillas y sus maravillosos muslos mientras mis manos se agarran a su cintura. Levanto la la vista hasta sus ojos y llevo una mano a su rostro para pedirle que los cierre. Dejo que mis dos manos fluyan bajo su camiseta y en apenas un instante en se han desecho de ella. Mis labios continúan el camino, con cientos de paradas en su vientre respondidas por sus escalofríos. Me detengo un segundo y escucho un ruego de sus labios. Me pongo en pie y los hago callar con los míos al tiempo que hago desaparecer la poca ropa que aún lleva. Uso un pañuelo para venderle los ojos y otro para atarle las manos. Susurro en su oído y se estremece bajo mi aliento. Mis manos pasean por sus hombros hasta sus preciosos pechos y marco con los dedos el camino que habrán de seguir mis labios. Me susurra, en palabras indecentes, que acelere. Y me detengo porque adoro torturarla. Ruega y desea que mis manos vuelvan a su cuerpo. Vuelven y escapa de sus labios un sonido obsceno. Paseo mis dedos por su monte, acariciando la flor, cuanto más me acerco al punto perfecto más se retuerce ella entre mis brazos. Dibujo círculos alrededor de su pasión y se muerde los labios, tratando de retener los gemidos en vano. Sonrío y sin poder resistirme mordisqueo con cuidado uno de sus pechos mientras deslizo, poco a poco, mi dedo en su interior. Tiembla todo su cuerpo mientras su corazón estalla contra mi pecho y me arrodillo frente a ella para pasear mi lengua por donde pasaron mis dedos que ahora se entretienen en su cueva. Noto que ceden sus rodillas ante los temblores y la hago retroceder un paso hasta la cama donde se tumba y me sitúo sobre ella, continuando mi tarea. Uno de sus puños sujeta con fuerza las sábanas. Subo el ritmo al ver el gesto y todo su cuerpo se agita, su respiración se vuelve pesada y sus gemidos se estrellan contra las paredes de la habitación. Noto el movimiento en su interior, no necesito que me lo confirme. Pero no me detengo y ella gime de nuevo mientras yo me adentro añadiendo uno más de mis dedos. La mano que me queda libre se aferra a su pierna, seguramente marcando el paso de mis uñas. Su cuerpo se agita bajo el mío una y otra vez. Cuando al fin me detengo y la libero suspira mi nombre entre los almohadones y cae en los brazos de Morfeo. Acaricio su frente y beso sus párpados, parece un sueño cuando duerme. Cojo mis cosas y salgo de la habitación. Su rostro dormido me mantendrá con vida ahora que no voy a volver a verla.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
La teoría de la realidad.
A veces, de pronto, todo deja de existir. No somos nada. El mundo se desvanece y se restaura el caos total. Entonces la azotea de mi cuerpo estalla y mil y un suicidas saltan hacia el cielo, se estrellan contra las nubes. Y un poeta destripado recoge sus últimas palabras, coleccionista de pilas gastadas. El mundo muere y revive y tiemblan todas mis paredes. El punto medio de todo cuanto he creado se distorsiona y las puertas cobran vida.
domingo, 15 de noviembre de 2015
Catástrofe antinatural
lunes, 26 de octubre de 2015
Memorias epistolares
La empatía a veces me resulta un balazo en el estómago y otras una mano en el hombro. A veces es lo único que corre por mis venas, y a veces carezco completamente de ella. ¿Eso es lo que significa ser humano? Porque suelo preguntármelo. Si realmente todo el mundo tiene esta especie de mundo infinito y deforme en la cabeza, si solo soy yo la que encuentra interesantes cosas que, en realidad no lo son. A veces me pregunto si todo funcionan correctamente en la azotea y si he saltado en algún momento. Tal vez lo haya hecho, y en ese caso ¿He sido capaz de volar o me he estrellado contra el suelo? ¿Habré sido una especie de meteorito y mi impacto habrá alterado la realidad a mi alrededor? ¿Todo esto es real? O lo que es peor ¿Esta soy yo? ¿Quién soy? ¿por qué soy tan distinta de mi misma? Tal vez dejé algunos cables sin conectar, o simplemente la corriente no da para más, ni mi máquina del tiempo. ¿Por qué me pican los codos? Si hubiera tardado un segundo más en nacer, o tomado decisiones diferentes, ¿Sería otra persona? Los sentimientos que tengo ¿son reales? Las cosas que veo ¿de verdad son como las veo? ¿Por qué mi criterio es distinto al de otros? ¿Por qué no puedo respirar debajo del agua? No me interesan todas esas respuestas científicas y lógicas a las que yo misma puedo apelar en ocasiones. ¿Somos realmente unos seres que viven del amor? ¿Se nos enseña a querer a nuestros padres e hijos o les queremos por ser nuestros padres e hijos? ¿Cómo sería el mundo si yo no existiera? ¿Qué ocurrirá cuando muera? A veces tengo la sensación de que nunca va a dejar de pasar lo mismo. Así que voy a vivir eternamente bajo el agua, a pesar de que no sé nadar.
viernes, 2 de octubre de 2015
"Soy un maldito desastre. Soy un maldito artista, colega. Un maldito desastre."
¿Crees acaso que tienes el poder de echarme abajo?
A mí, que soy todo lo que me ha roto en pedazos.
Caminarás por las cuencas de mis ojos, maldito destructor.
Devuélveme mi alma. Mi poder.
Lo sé todo acerca de ti.
Sé que ruges a las montañas cuando te crees superior.
Maldito cabrón.
Retuercete en los infiernos de mi pecho.
Tú, que te crees poseedor del mundo. Atrévete a pisar mi suela.
Trata de vivir para contarlo.
¿Crees acaso que sabes quién soy? Ni siquiera has escuchado mi verdadera voz.
Yo he creado mundos, durante años los he alimentado.
Y ellos, ellos me han torturado, atormentado.
Como una maldita explosión. Pedazos que vuelan por los aires.
Ten el valor suficiente, el valor del que carezco.
Abre la puerta muerta, acércate y respira de mi aliento. Respira.
Estúpido, no tientes dos veces a la muerte en su propia cama.
¿Has vivido alguna vez dentro de un armario?
Disculpa. Tengo una tormenta tras los ojos y suele afectarme al cerebro.
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Terremotos
martes, 22 de septiembre de 2015
22 22
viernes, 18 de septiembre de 2015
martes, 25 de agosto de 2015
Sigue durmiendo.
Así que despierta de una vez.
Nunca seré un BestSeller
La inspiración, al menos para mí, es un ser escurridizo cruel y hermoso, al que le he dado nombre y alas. Un ser que huye de mí, dejándome, con suerte, una sonrisa.
Y no puedo conjurarlo, no existe un hechizo con el que invocarla, Soy como un esclavo, vivo atada a su capricho. Nunca se apiada de mí. Destroza mi alma cuando acabo de morir. Y si no me lanzo a escribir en ese preciso instante, sea la hora que sea, me abandona. Y llena su ausencia con un silencio terrible.
Por esto, nunca podré ser buena escritora. No podría cumplir los plazos. Hace más de diez años que creé mi propio universo. Aún a día de hoy, desconozco la forma que tiene. Tan sólo he visitado un par de mundos. No tengo ningún mapa, y su geografía es terrible y enrevesada.
Tengo cuadernos de principio de primaria llenos de ejercicios de caligrafía y mi primer intento de novela. Sí, empecé a escribir cuando aprendí a escribir. Y a día de hoy no soy capaz de dominar ese impulso. En los mundos que he creado las brújulas no funcionan. Estoy terriblemente perdida. Y tengo suerte de que esté sonando esta canción. Es la canción que en este momento me permite recordar esa sonrisa. Y por ello soy capaz de escribir estas líneas.
domingo, 23 de agosto de 2015
miércoles, 12 de agosto de 2015
Clara
-Te he querido desde aquella mañana de invierno, Clara.La historia no empieza así. El verdadero principio, al menos, el principio interesante, se remonta a antes de conocer a Clara.
Conseguí la beca en la universidad que quería. Mi madre se emocionó al saberlo y se puso a llamar a toda la familia para contarlo mientras lo publicaba en Facebook. Cosas de madres, supongo. Mi padre se limitó a darme uno de esos abrazos con palmadita en la espalda incluida, creo que significa "Estoy orgulloso de ti" o algo por el estilo. Y a pesar de que faltaban semanas para que me mudara a un pequeño estudio cerca de la universidad, empecé a preparar las maletas aquella misma tarde. Sí, estaba más emocionado que cuando me regalaron la bicicleta roja a los doce años.
Llegó el día. Mi primo Tomás, que tenía una camioneta, se había ofrecido a echarme una mano con la mudanza. Mi madre se emocionó, a pesar de que ya habíamos quedado para comer el próximo domingo. Mi padre tan sólo llevó un par de cajas hasta la camioneta y me deseó buena suerte. Durante los cuarenta y cinco minutos de viaje fuimos escuchando Bon Jovi, hasta entonces, no tenía ni idea de que mi primo fuera su fan.
Antes he dicho que este era el principio interesante, pero tal vez no lo sea tanto como me pareció en un principio. Bien, haré un resumen rápido hasta llegar al invierno.
El estudio, pequeño pero acogedor, fue perfecto desde el principio. Empecé el curso lleno de motivación, hasta que me topé con el profesor de alemán, un hombre antipático hasta con los gatitos. Encontré trabajo a tiempo parcial en una cafetería junto a la universidad, la jefa era la persona más amable y comprensiva del mundo. Allí conocí a Clara.
Era Sábado por la mañana. Mi turno empezaba a las siete y terminaba a las doce. A las once menos cuarto, más o menos, mientras limpiaba una mesa, entró un ángel. Al principio no me di cuenta, estaba de espaldas a la puerta. Pero en cuanto me giré para atenderla... No sé como describirlo.No diría que fue amor a primera vista, no me gusta ese termino, pero, qué demonios, lo fue. En cuento la vi quise saberlo todo de ella. Estuve a punto de invitarla a salir en vez de preguntarle si quería el café solo o con leche.
Tras un café con leche y canela se marchó. Lo último que le dije fue "Que tenga un buen día". Pensé que hubiera sido genial haberle preguntado su nombre al menos. Pero volvió al día siguiente, y se lo pregunté cuando fui a llevarle el café. Y el lunes me levanté más temprano para ir a la cafetería antes de clase, por si ella estaba allí. Qué suerte tuve. Pedí un desayuno y me senté junto a ella en la barra. Y aquella fue nuestra primera conversación de verdad. Supe que se había mudado hacía sólo unas semanas, era reportera en el periódico nacional desde hacía dos años y le encantaba la canela. Claro que yo también le hablé sobre mí, pero apenas escuchaba mis propias palabras. Todo cuanto veía y oía era ella. Hasta que Natalia, la dueña, me advirtió de que se me hacía tarde. Me despedí de las dos y me fui, mirando atrás con tanta frecuencia que tropecé al menos dos veces.
Fueron como dos meses de vernos sólo en aquella cafetería. Hasta que me atreví a dar el paso de invitarla a salir. A la feria del libro, con la excusa de que a ambos nos gustaba la literatura. La noche anterior apenas pude dormir, estaba nervioso. Me sentí como un idiota, ya había tenido citas antes, mucho más formales que un paseo por la feria del libro. Era el amor lo que me hacía sentirme así.
Llegué una hora antes, quería decírselo aquel día. Quería decirle que la había querido desde aquella mañana de enero. Que no podía pensar en nada que no fuera ella. Y practicaba en susurros hablándole a una farola "Te he querido desde aquella mañana de invierno, Clara". Pensaba decírselo en cuanto llegara.
Y esperé, poniéndome cada vez más nervioso, andando en círculos. Y la hora se esfumó en lo que pareció una eternidad. Pero Clara no llegó. Las cuatro horas siguientes la busqué, pero ella no estaba ahí. Tampoco apareció al día siguiente en la cafetería, ni el resto de la semana. Natalia no sabía nada de ella. Al cabo de un mes fui a las oficinas del periódico nacional. Nadie supo o quiso decirme nada acerca de Clara, según ellos. Nadie con ese nombre trabajaba allí. Sí, debí haberle pedido su número, su email o alguna otra forma de contactarla. Fui un idiota, ¿no es cierto? Supongo que enamorarte te hace volverte idiota.
Y me aferré como el idiota que era, como el idiota que soy, a la idea de que iba a volver a verla. Y volví a la feria del libro al año siguiente, y no dejé que pasara ni un solo día sin desayunar en la cafetería. Pero Clara no volvió a aparecer. Fue como si nunca hubiera existido.
Sigo desayunando en la cafetería, pero ya lo hago por costumbre. Sigo yendo a la feria del libro, porque me gusta. Sigo pensando en Clara, porque aún la quiero. Pero Clara ha desaparecido. Ahora ya sólo es un bonito sueño que tuve durante unos meses.
domingo, 9 de agosto de 2015
En realidad no soy más que lágrimas.
Hay niebla en mi mente, y no distingo horizontes.
No me molestaría ser polvo y huesos.
Ya que sólo soy una mezcla más compacta de lo mismo.
Y carezco de importancia, llena de ignorancia. En un mundo demasiado grande para mi tamaño.
Sudor y sangre que no crean nada, esfuerzo inútil, apariencia inútil.
Tengo hambre, ¿pero debería alimentarme? Tal vez sea un parásito, disfrazado de falsos halagos.
Mi alma ha muerto entre tanta falsedad. He dejado de saber si estoy bien o estoy mal.
¿Por qué yo? Cuando podría haber otro, respirando este oxígeno que siento como robado.
Desearía ahogarme en pesadillas espantosas, más dulces que la realidad. Hasta el punto de morir por sobredosis.
Un atajo hacia el final del camino, los pies destrozados dejando huellas sangrientas.
Querida hada madrina, si alguna vez has existido, tu misión de velar por mi ha sido todo un lío. Deja que 'los malos' devoren mi cadáver.
Que toda mi existencia desaparezca en un suspiro.
Ningún rastro de mi, sin recuerdos del olvido.
Me esfumaré completamente, adiós a la niebla de mi mente. Y a mi.
sábado, 25 de julio de 2015
Qué
Las montañas rusas me marean. Y yo misma soy la mayor montaña rusa que conozco. Atravesando la sala de los espejos y la casa del terror. Paso por la zona de los helados y por el túnel de amor. Y me falta el aire. Soy una fábrica de tonterías y un almacén de explosiones. Y guardo un tesoro desde los pies hasta el cuello, hasta la punta de mis dedos, y de ahí hasta el alma. Y es lo único que no comparto. Soy confusión constante también. Un búho. Y soy quien se mete bajo la almohada. Duermo de lado y me abrasa el aire caliente. Si miro el techo no duermo, es demasiado interesante. Soy como un peso sobre los hombros, aunque hablo más. Soy un desvarío constante que no sabe lo que dice. Persigo las palabras, porque siempre me faltan cuando siempre me sobran. Y añoro siempre la cálida sensación de su tacto. Tengo un vertedero por cabeza, y me temo que hoy no he dado cuerda a mi torpe corazón. Elijo morir antes, elección cobarde. Elijo la eternidad como modo de vida. Chikorita, te elijo a ti. Me disculpo por mi falta de elegancia, no tenía ropa interior de seda. Me he fijado en que hay mujeres que mueven mucho el culo al caminar. Tengo frío en pleno verano. 1,16. He decidido que me gustan los congeladores industriales. Verá señor, quiero reservar este instante, en color beige, si no le importa. Voy a tener un millar de voces distintas que sólo respondan a una. Y gritaré en susurros que me aferro al rojo y alimento mi amor con besos. He vuelto a matar a uno de los míos. Tengo restos de caracol bajo el pie. Sólo pretendo ser una declaración constante. El dedo meñique del pie corre peligro. Por tu seguridad, ponte zapatos.
El muro.
Un muro fuerte. Pero no indestructible. Un muro con un holograma delante. Al que afectan las catapultas y los destrozos de la guerra . Mucho más de lo que puede verse . Y tras el maldito holograma se derrumba y es reconstruido. Así es como la ciudad permanece a salvo.
jueves, 2 de julio de 2015
Ultimamente
miércoles, 1 de julio de 2015
Mundo Roto
miércoles, 24 de junio de 2015
Están aquí
Corre. Porque la noche se avecina, y ellos van a despertar de nuevo con la nevada. Y será tu último día.
domingo, 21 de junio de 2015
Cuando me indigno por tonterías
Cuando vas a la librería, a veces en los libros salen pequeñas frases que ha dicho tal o tal persona sobre el libro en cuestión. Por ejemplo (sacado de mi estantería) en La música del silencio: "Este Rothfuss es condenadamente bueno" George. R. R. Martin. Ningún problema, me parece perfecto que cada cual de su opinión. Sin embargo, en estas frases, hay dos tipos que no me gustan tanto. Y acabo de encontrarme con las dos en un mismo libro.
Estaba mirando a ver que decían de La era de huesos por Internet y me he encontrado con esto:
«¿Te gusta Juego de tronos? Aquí empieza tu nueva obsesión.» Glamour
«La Era de Huesos es la novela que J.K. Rowling y William Gibson nunca llegaron a escribir.» Wired
Lo que no me gusta de la primera, es que afirmen que si te ha gustado tal libro del mismo género, este también te gustará. Entonces, ¿si no te ha gustado, en este caso, Juego de tronos, no te puede gustar La era de huesos? Es algo en lo que no estoy de acuerdo. Cada autos tiene su propio estilo, cada historia es distinta. Entiendo que es marketing el usar un libro conocido y decir que el otro es tan bueno o mejor. Simplemente, esta es mi opinión.
Lo que no me gusta de la segunda parte (sí, también comprendo que pueda ser marketing) es el hecho de coger a dos autores conocidos y decir que "imagínate lo bueno que tiene que ser este libro que estos dos que han escrito cosas geniales no podrían haber escrito este libro". Como ya he dicho, opino que cada autor tiene su estilo. Y que, no sólo a la hora de escribir, sino en geneal, no es correcto decir que alguien es mejor que otra persona por haber tenido más éxito, por ejemplo. Además, todo depende de los gustos de las personas, y ya se sabe, para gustos los colores.
Tenía que decirlo, creo que hay formas mejores de vender. No me opongo a estas tampoco, por que tal vez sean más efectivas, es algo que no sé.
viernes, 5 de junio de 2015
Final de curso
Nervios generalizados. Gente con ojeras. Días que pasan como tortugas supersónicas. Combinación de euforia y estrés.
jueves, 28 de mayo de 2015
Tengo un problema
martes, 26 de mayo de 2015
Viva el Spam
(Bueno, no sé si es que soy demasiado torpe o qué, pero no se poner banners, así que lo dejo en forma de imagen.)
El tintero abierto (blog que ya conocía y que <3)
Cristina entre letras (blog que a partir de ahora voy a conocer muy bien)
Nunca tuve más clara mi inocencia.
Ser esclavo de los astros es duro y mal pagado.
Te culpo por declararte libremente amante del amor sin serlo.
Por no cumplir las promesas ni antes ni después.
No te culpo por la prisión en la que te encuentras.
Ni por la profundidad del agujero en el que estás.
Te culpo por rechazar la mano amiga.
El consejo de alguien, tal vez no más sabio.
Te culpo por las mentiras que hiciste falsas verdades.
Te culpo por usar la ira acumulada contra el ser inocente.
Te culpo por el morado doloroso dentro de los tonos rosados.
Te culpo por el porcentaje que ingerías cada noche.
Te culpo por denegar de tus tareas genéticas.
Te culpo por la agresividad de tus verbos y gestos.
Te culpo por los años en los que te protegí.
Te culpo por crear a mi fiel acompañante en la niñez.
Te culpo por tus crímenes, porque son crímenes.
Te culpo por más de mil litros salados.
Te culpo por obligarme a ser fuerte.
Te culpo por la crueldad que me enseñaste.
Te culpo por aquellas sesiones en un aula diminuta.
Te culpo por tu peso sobre mi espalda.
Te culpo por obligar a madurar violentamente.
Te culpo por aquellas navidades sin navidad.
Te culpo por veranos convertidos en infiernos.
Te culpo por las tazas para el agua.
Te culpo por los cientos de latas.
Te culpo por las toallas usadas que fingían ser almohadas.
Te culpo por las madrugadas observando la luna.
Te culpo por los escalofríos hirientes.
Te culpo por... Maldita sea, por un millón de cosas.
Desataste la ira del yo más pacífico y lo derrumbaste con dolor.
Pero juro, que por más que duela, tuya es mi sangre.
Y los buenos recuerdos que asustados, se esconden en un rincón de mi mente,
sirven sólo para causar aún más dolor.
Porque aún confío en que nunca has conocido al monstruo que habita en tu interior.
viernes, 22 de mayo de 2015
lunes, 18 de mayo de 2015
Cartas
Silencios oportunos que se llenan de miradas.
Que en realidad no son silencios, pero yo no oigo nada.
Todos mis sentidos apuntan hacia ti, como una brújula alocada.
Como si el mundo se creara directamente bajo tus pies.
Tengo la sensación de que el sol brilla solo para poder verte.
Y que los pájaros cantan para tratar de llamar tu atención.
Creía que el arte estaba encerrada en museos y edificios elegantes.
Maldita sea, pensaba que sabía qué era el amor.
Ahora sé que contemplarte es un arte que inspira a mil poetas.
Tus miradas son las llamas de la hoguera de mi alma.
En mis sueños chocas siempre contra mi almohada.
He escrito cartas de amor bajo la atenta mirada de Luna.
Las he escondido todas en el cajón de la mesilla.
Porque por muchas palabras que escriba, nunca seré capaz de decirlo.
miércoles, 13 de mayo de 2015
De poetas suicidas
en su pluma brillaban mil y una voces.
Le cantaba a las flores y estas suspiraban,
hacía de las palabras amor.
De voz suave, susurrante,
las montañas discutían por el eco de sus pisadas.
Nadie contó leyendas, nadie supo su nombre.
Las rocas eran suyas, sus miradas domaban el aire.
No fue un cuento, era de piel, también de hueso,
pero por dentro era todo versos.
Sí, al cortarse sangraba, como todos,
aunque en el rojo había letras disfrazadas de glóbulos.
Era el poeta personal de la luna,
el amante de mil estrellas.
Poeta suicida sin capa ni espada.
Llego a él Muerte buscando su soneto.
La arrogancia del hombre en verso mató al hombre.
Era el poeta de los mares y los lagos.
Poseía las palabras más hermosas,
y el aire y las nubes y la luna eran suyas.
Amó. Lo amó todo, y todo lo escribió.
Y todo correspondió.
Pero Ella, fría y pálida, no lo amó.
Sus estrofas no calentaban las almas muertas.
Poeta suicida.
Creyó que Muerte sería suya.
Y a cambio, murió.
Muerte lo ha hecho suyo.
Parte de su colección.
La ciudad de poetas suicidas.
Con muros de versos muertos,
de poetas que amaron.
Muerte no encontró calor en ellos.
Muerte no amó.
No hubo poeta suicida que calmara su dolor.
miércoles, 6 de mayo de 2015
Existió
Y quién sabe si la puerta de esa sala dejará algún día de oler a madera muerta.
Mundo sin luz.
-Muy bien, entonces hazlo.
-Y quiero un nombre.
Entonces la mujer se puso en pie, seria. Nada ni nadie tenía nombre en aquel mundo, los nombres no habían sido creados y nadie había osado pedir uno. ¿Cómo se atrevía pues aquel niño a exigir un nombre?
-Tener un nombre me hará fuerte.- afirmó el pequeño llevándose la mano al pecho-. Lo siento aquí dentro.
-Si quieres un nombre no vengas a pedírmelo a mí. Ocúpate de ti mismo.
-Encontraré un buen nombre.- Afirmó muy seguro de sí mismo-. Derrotaré a los enemigos y no habrá nadie más fuerte que yo. Traeré la luz al mundo.
Lo que el niño no sabía era que no había ningún enemigo. Las dos razas que se consideraban mutuamente enemigos no eran culpables de la negrura que ocupaba su mundo. Sólo había una forma de recuperar la luz.
miércoles, 29 de abril de 2015
Desvariando
domingo, 12 de abril de 2015
Tengo que citar esto
viernes, 10 de abril de 2015
Hoy
He recibido una carta de Fi. Ya está de camino, y viene acompañado. No me ha contado demasiado sobre ella.
A Noah y a mi se nos ha roto el corazón al mismo tiempo.
lunes, 6 de abril de 2015
Noah
Creo que este chico llegará al lugar dónde están Charlie, Pierre y Kvothe, y sin siquiera saludarlos se pondrá a dibujar.
RETRATO, AUTORRETRATO: La chica que mira al chico que pinta dentro del libro.
jueves, 2 de abril de 2015
¿Dónde te habías metido?
Estaba en otro mundo. No había tiempo ni lugares. Era... Indescriptible. Se te colaba en el pecho, como la música a todo volumen, estrellándose contra el corazón. Permanecía dentro de ti una infinidad de canciones, y todas ellas con acordes de sentimientos agigantados. Podrías llorar de felicidad, pero eso impediría a tus ojos contemplar el sonido. Tienes que venir conmigo. Ven, vamos. Tú y yo. Al mundo sin principio. Te prometo que no querrás volver. ¿Yo? Sólo he vuelto para llevarte conmigo.
Sopla
He hecho un nuevo amigo. Se llama Noah y vive en un libro con su hermana gemela. Sus palabras son de colores y sus dedos son de carboncillo. Apenas le conozco. Tiene ahora trece años. Pero me capturó con los primeros colores.
sábado, 21 de marzo de 2015
París II
Mañana es el último día que pasamos aquí. Cogemos el avión el lunes por la mañana.
Sí, es realmente agotador. Sí, echas de menos cosas. Pero también vives nuevas experiencias. Ves cosas. Aprendes a guiarte por el metro y a leer todos los letreros. Convives con tus compañeros y aprendes de ellos y sobre ellos. Sobre la gente. Sobre el lugar.
Me voy a la cama.
martes, 17 de marzo de 2015
martes, 10 de marzo de 2015
10/03/2015
Año 16
Nunca llama a la puerta. Nunca avisa de su llegada. Sólo viene y entra como si nada.
-Hola, ya estoy en casa.
Como si lo dijera a diario. Actuando momentáneamente como una persona normal.
Y he de reconocer que nosotros también entramos en su pequeño teatro. Fingiendo que no pasamos días hablando de él, preguntándonos que estará haciendo. Y nosotros mismos nos respondemos que tal vez es mejor no saberlo.
-Bienvenido a casa, ¿Cómo te ha ido el día?
-No ha estado mal, ¿Y Will?
Por supuesto, siempre preguntando por su hijo.
-Papá.
-¡Will! Has crecido. No te veía desde...
-Han pasado ocho meses esta vez.
Y hemos pasado todo ese tiempo sin él. Sin saber cuando iba a volver. Pero hoy se cumple el año 16. Y Nelson recuerda las fechas.
-Ah, casi pierdo la cuenta... Bueno, supongo que tendréis muchas cosas que contarme.
Nos sentamos los tres juntos, y hablamos de estos ocho meses. Nelson nunca habla demasiado, pero siempre presta atención a nuestras anécdotas, como si no quisiera olvidar ningún detalle.
Pasa la tarde, anochece, y cuando Will sube a acostarse y yo también me pongo en pie, lo suelta como si nada.
-Aniversario 16. Tanto tiempo ya... Felicidades, supongo.
-Felicidades, Nelson.
Le sonrío y me devuelve la sonrisa. Y sigue sonriendo después, con los ojos cerrados, tumbado sobre la cama, dormido. Le observo hasta quedarme dormida. Sé que cuando despierte él ya no estará.
Y quién sabe cuantos meses pasarán esta vez.
martes, 3 de marzo de 2015
Entrada
martes, 17 de febrero de 2015
Magia
A veces surge la magia. Y te sonríe. Y te rompe. Y sientes. Y eres un personaje, y sientes lo que siente, piensas lo que piensas, vives lo que vive.
No pasa siempre. No es con todos lo libros. No son todos los autores. No a todas las personas. Hay momentos, libros, autores, personas. Y entonces ocurre.
Puede ser hermoso. Y puede ser horrible.
Sobre todo ocurre en los finales.
A veces te vacían. Te matan por dentro. Te secan.
Otras veces, menos dramáticas. Sonríes. Felicidad.
Por eso la buena prosa es importante.
Hace que te sumerjas. Se vuelven reales los sentimientos hacia los personajes.
Las buenas historias, cuando terminan, te hacen estar de acuerdo. Estás satisfecho, sea o no como esperabas o querías, no decepcionan.
Esto es lo que pasa cuando escribo justo después de terminar un libro. Me estoy emocionando.
jueves, 5 de febrero de 2015
Últimamente me ha dado por los versos
miércoles, 4 de febrero de 2015
No sé como llamar a esta entrada
Creo que esas historias fueron las primeras que publiqué en Internet. Allá por el 2010, cuando yo tenía, no sé unos diez u once años. Mientras leía (Aún sigo en ello, tenía varias cuentas en es página) había (y hay) momentos en los que me daban ganas de decirle a mi yo del pasado, ¿qué demonios estás haciendo? Pero bueno, supongo que he mejorado un poquito. Aunque hay un par de ideas en alguna historia que si que estaban bien y no las aproveché.
También faltas de ortografía porque no revisaba ni de lejos lo que escribía (hay alguna que me ha hecho gracia, como: me doy cuneta").
Probablemente también algún personaje al que no le dí tanta vida como realmente merecía. Tal vez tendría que rescatar a alguno...
La mayoría de esas historias están abandonadas. Suerte tiene la que cuenta con un final. Eso es algo que aún me pasa. Por eso prefiero los relatos cortos.
La primera historia (Publicada, sin publicar tuve varias antes. Nelson, por ejemplo nació en el 2008/9 si mal no recuerdo) era un fanfic de Harry Potter. Dioses. Esa idea era medianamente interesante, pero no supe llevar la historia y terminé abandonándola sin más.
Lo malo de abandonar sin más es que ahora que vuelvo a entrar y releo los comentarios, veo que hay gente que decía eso de "actualiza pronto" y no volví a hacerlo, me siento un poco mal por ello. Hubo una chica que comentó incluso un año después de que yo abandonara la historia en cuestión, al leerlo me ha parecido muy bonito.
Oh, la primera aparición en Internet de Fi fue allí. Por lo menos aquella era una historia de relatos y no lo abandoné como a muchos otros. Cuando Fi nació no era todavía el que es hoy en día, cuando nació era Fígaro, el fabricante de cuentos.
Al igual que Fi, Louise también tuvo allí su aparición. Aunque el nacimiento de Louise en mi cabeza ocurrió en una clase de... Espera, ¿Era historia o ciudadanía? Bueno, en una clase. Por eso su oscuridad aparece también cuando está en clase. No me compliqué demasiado.
La cuenta en la que está la historia (recopilación de pequeñas historias, en realidad) donde aparecen estos dos fue la última que cree, es decir, la más reciente. 2013 para ser exactos, enero de 2013.
En esa misma recopilación escribí un pequeño cuento con sólo tres personajes, cada uno representaba a los tres amigos que - si mal no recuerdo - me pidieron que escribiera un cuento sobre ellos. Y a pesar de que eran mis amigos, al final mueren, y se acaba el mundo. Estoy llena de amor.
Venga, como el final de esta quedó medio decente hago copia pega: "Con otro puñal le cortó el cuello y sus últimos segundos de vida los pasó observando su muerte. Después la oscuridad lo consumió todo, y el mundo en su totalidad murió, muerto, sin vida, sin luz. El mundo murió por qué un mundo no puede vivir sin luz, al igual que no puede vivir sin oscuridad, las necesita a ambas, sin importar la cantidad, pero si pierde a una sola de ellas, muere irremediablemente, llevándose todo rastro de vida con él."
Había, también en esa cuenta, una usuaria (creo que era una mujer) que siempre comentaba, me encantaba porque sus críticas eran constructivas, y me sirvieron para dar algo menos de pena al escribir (aunque la daba igual).
No sé porque me apetecía escribir sobre esto... Eso es todo, creo.
martes, 3 de febrero de 2015
Nieve
No es una gran nevada, de hecho son copos pequeños que puede que ni siquiera cuajen. Pero por aquí no suele nevar, y eso hace que sea aún más bonito.
miércoles, 28 de enero de 2015
Fin
martes, 27 de enero de 2015
Querido Fi
Bueno, tal vez exagere, pero Louise está perdida y no localizo a Nelson. Tobi ha estado buscándolos pero él tampoco les encuentra. Marco se mudó con Annie y Ben y ahora los siento lejos. Emily... Ni siquiera voy a hablar de Emily. Katckya dice que la puerta de la sala Nueva Vida se abrió anoche de repente, pero no vio nada. No estamos preparados para esa puerta, todos están dispersos. Seguimos sin conocer el rostro de Naya y además está Ella. Necesitamos tu ayuda, Fi.
Desde el roto de Cuaderno Verde todos han aprovechado sus grietas para salir. A veces vuelven. Los segundos aparecen y desaparecen. Tobi se ha quedado, por lo tanto Emily está aquí también. Pero he perdido el mapa y la brújula. El río blanco se lo llevó todo.
Tienes que volver Fi, eres el único que puede encontrar a Louise y hacer que su sonrisa no cause el caos. Eres la calma. Sé que tienes que viajar, pero ahora te necesitamos.
Historia de un hada dulce
No recuerdo su nombre, pero sí el brillo y la alegría de sus ojos. No recuerdo cuando ni por qué nació, pero sí sus primeros aleteos, a escasos centímetros del suelo y con tanta felicidad.
Un hada dulce, por su inocencia, por su sonrisa, por su bondad. Porque no conocía la maldad.
Pero la maldad existía, no allí, pero sí en las hadas. No todas las hadas eran dulces, la mayoría lo eran, pero también había hadas amargas.
Como no recuerdo su nombre la llamaré Dulce esta vez.
Todo empezó el día que Dulce voló. Ya había volado antes, aquellos escasos centímetros, antes de que sus alas tuvieran la fuerza para levantar su cuerpecillo más de unos segundos. Pero aquel día, por fin, iba a volar, volar de verdad.
Las hadas tienen un ritual, algo sencillo, cuando sus alas alcanzan el tamaño y fuerza necesarios y la gran luna llega, llevan a cabo su primer gran vuelo. No tienen un destino específico, se trata de liberar por fin las alas y volar hasta el amanecer, para regresar al hogar junto al sol.
Las alas de Dulce habían crecido, y la gran luna casi había llegado. Dulce esperaba su luz blanca dando pequeños saltitos, ardía en deseos de volar.
Y la gran luna llegó. Y Dulce voló.
Y aquella noche vio los árboles desde arriba, adelantó a las aves nocturnas que encontró y cerró los ojos para disfrutar de la velocidad de sus alas.
-¡Cuidado!
Dulce abrió los ojos de repente y frenó su carrera deteniéndose en el aire - lo cual no era tan fácil como hacían ver el resto de hadas -. Frente a ella había otra hada con cara asustada.
-¿Qué ocurre? - preguntó Dulce sin comprender nada.
-Ibas a toda velocidad, con los ojos cerrados - explicó la otra- ¡Por poco me derribas!
Dulce se ruborizó y murmuró una disculpa que la otra aceptó, y tras ello se presentó con el nombre de Wann. Dulce y Wann volaron juntas aquella noche, no era el primer vuelo de Wann, así que puedo enseñarle muchos lugares a Dulce aquella noche. Y en lo alto del mismo árbol en el que se despidieron con las primeras luces del sol, se citaron para la luna siguiente.
Y volvieron a verse aquella luna. Y volvieron a verse mil lunas más. Y cada vez que Dulce llegaba al árbol y veía de lejos el resplandor de las alas de Wann, la felicidad la llenaba. Se sentía cada vez más unida a ella. Las lunas que pasaba con Wann valían más para ella que mil soles azules.
Pero una noche Wann no acudió a su cita. Al principio Dulce pensó que llegaba tarde, pero luego empezó a preocuparse. La blanca luz de la luna se debilitaba y no había rastro de Wann. Y cuando el alba llegó Dulce tuvo que marcharse, preocupada por Wann. Tres lunas más, lo mismo ocurrió, y la preocupación de Dulce creció y creció. Pero, al fin, la quinta luna, Wann apareció de nuevo. ¡Cuanta felicidad sintió Dulce! Se lanzó a abrazar a Wann y contuvo lágrimas de alegría. Le acarició el pelo mientras le decía lo preocupada que había estado esas cuatro lunas. Y entonces llegó la pregunta:
-¿Qué te ha pasado, Wann? ¿Dónde has estado?
-Estoy bien, Dulce, no te preocupes por mí.
Tal vez Dulce no lo notó porque estaba demasiado alegre, o porque confiaba plenamente en Wann y la creía cuando decía que todo estaba bien. Pero aquella noche Wann no era la misma Wann. Sus ojos habían cambiado ligeramente. No, no eran sus ojos, los ojos eran sólo la ventana, el reflejo. Lo que había cambiado era su alma. Wann ya no era la misma Wann, en cuatro lunas su alma había cambiado. Pero Dulce no lo notó.
Y las lunas juntas siguieron pasando. Wann y Dulce, Dulce y Wann. Aunque tal vez aquella no era la misma Wann. Y una noche, al llegar Dulce, Wann estaba allí, pero se estaba alejando. Dulce la llamó por su nombre, cuando Wann se giró le hizo un gesto con la mano "Ven".Dulce trató de alcanzar a Wann, pero volaba muy deprisa, así que Dulce sólo podía batir sus alas tan rápido como podía para no quedarse atrás. Wann no se giró en todo el trayecto, a pesar de las constantes llamadas de Dulce.
Huye Dulce, escapa. Esa no es Wann, no es a quién quieres. tu Wann ya no está. Huye Dulce, escapa.
Wann aterrizó en un pequeño claro, oscuro debido a que las largas ramas de los árboles de alrededor no dejaban pasar la luz.
Está demasiado oscuro, Dulce. Sabes que no son sólo los árboles. Está demasiado oscuro, Dulce.
Dulce aterrizó segundos después, jadeando por el cansancio, se permitió deslizarse hasta el suelo.
-Wann, ¿por qué me has traído aquí?
Wann no dijo nada. Una silueta oscura se acercaba hacia ellas.
Huye. Dulce, Dulce, debes escapar. Dulce, Dulce, no te dejes atrapar. Huye.
La silueta paró frente a Dulce. Seguramente era el hada más hermosa que había visto jamás, sus alas oscuras se movían delicadamente cuando caminaba, sus ojos claros se clavaban en los de Dulce haciendo que no pudiera apartar la mirada. Wann se acercó al hada y se arrodilló junto a ella.
-La he traído para usted.
Oh, Dulce, pequeña e inocente Dulce. Has caído en la trampa. Oh, Dulce, tu inocencia se perderá.
Dulce no entendía nada, la desconocida ahora sonreía, pero su sonrisa hacía que una sensación nueva recorriera a Dulce de arriba a abajo: el miedo.
Cuando entre en tu alma será tarde. Ya no volverás a ser la misma Dulce.
Dulce se sentía paralizada. Sentada en el suelo, tal y como se había dejado caer tras aterrizar, aún jadeando. Incapaz de reaccionar. El hada hermosa avanzó hacia ella, se agachó frente a Dulce y tomándola de la barbilla levantó su rostro mientras posaba la otra mano en su mejilla.
Los ojos de Dulce dejaron de ver. Y entonces comprendió. Wann la había traicionado, la había llevado allí como un perro que lleva una presa al cazador. Ella era la presa. Entonces llegó el dolor. No era el tipo de dolor que Dulce había sentido otras veces cuando chocaba contra las ramas o se torcía el tobillo al aterrizar bruscamente. Ese dolor provenía de su interior, como si la estuvieran devorando desde dentro. Y la estaban devorando. Pero ser devorada no era lo peor para Dulce, lo peor era Wann, lo peor era su mirada desde el lugar donde se hallaba arrodillada. No movió ni una sola pestaña, y para cuando los ojos de Wann parecieron reflejar un ápice de tristeza, Dulce ya había sido completamente devorada por el hada amarga. Amarga, el hada malvada, que se relamía saboreando el alma que acababa de devorar, mientras el cuerpo de Dulce yacía en el suelo, vacío.