martes, 5 de diciembre de 2017

Montaña rusa

Cuando parece casi imposible tengo un día maravilloso, vuelvo a estar alegre y a reírme de verdad. Pero me pregunto de qué vale. De qué vale que un solo día cambie tu forma de ver las cosas si al siguiente la caída va a ser aún más brusca. Si voy a volver a sentirme cobarde, a perder las fuerzas y a caminar simplemente porque es lo que se supone que debo hacer. Anoche quise tomar 7 tazas de té pero al parecer no estaba bien que quisiese hablar de ello, así que volví a perder la esperanza. Supongo que es culpa mía por tenerla. Gracias.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Anon

Me alegro  de no saber quién eres y de que no sepas quién soy.
Porque hasta ahora nunca había sentido esta necesidad de gritar.
Y estuviste ahí. Así que te conté la verdad, de la forma más sincera que pude.
Para mentirte al final.
Porque no lo entendías, pero querías ayudar.
Y te lo agradezco.
No es la primera vez que pasa esto.
Pero creo que es la peor.
Y no sé qué hacer. Todas las posibilidades me aterran.
Y he dejado caer migas de pan, pero creo que los pájaros las han devorado.
Están hambrientos.
Alimentándose de mi alma, arrancándome la piel.
A veces siento que soy solo huesos fríos. No sé hasta qué punto es malo.