viernes, 1 de diciembre de 2017

Anon

Me alegro  de no saber quién eres y de que no sepas quién soy.
Porque hasta ahora nunca había sentido esta necesidad de gritar.
Y estuviste ahí. Así que te conté la verdad, de la forma más sincera que pude.
Para mentirte al final.
Porque no lo entendías, pero querías ayudar.
Y te lo agradezco.
No es la primera vez que pasa esto.
Pero creo que es la peor.
Y no sé qué hacer. Todas las posibilidades me aterran.
Y he dejado caer migas de pan, pero creo que los pájaros las han devorado.
Están hambrientos.
Alimentándose de mi alma, arrancándome la piel.
A veces siento que soy solo huesos fríos. No sé hasta qué punto es malo.

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