domingo, 28 de agosto de 2016

N.D.

"Está vivo."

Le dio una patada a la silla, lanzándola contra la pared. Estaba enfadado, pero no de la forma en la que siempre solía estarlo. Estaba enfadado porque se sentía impotente, débil y estúpido. LE temblaban las manos, cerradas en puños, que estrellaba contra lo primero que encontraba, como si aquello fuera a librarle de la confusión en la que estaba inmerso.
Nunca se había sentido de esa forma. Siempre había tenido clara su meta, nunca había dudado de sí mismo, nunca se había sentido inseguro. Y ahora los pilares sobre los que había basado toda su existencia se resquebrajaban.
Destrozó un tercer mueble antes de darse cuenta de que le sangraban los nudillos, un cuarto antes de parar a quitarse las astillas que se habían clavado en las heridas. Y otro más antes de salir dando un portazo. Y dio un último golpe a la farola encendida frente a la puerta de la casa.
Pero ninguno de esos golpes sirvió de nada.

Por lo demás todo está bien. Marwan (La triste historia de tu cuerpo sobre el mío)

Me vienen hoy a la cabeza imágenes
de cuando queríamos llevarnos la vida por delante,
cuando le desabrochábamos la blusa a Madrid
y yo era el capitán del universo contigo en brazos,
cuando mis manos iban dejando una a una
todas las caricias sobre tu nombre
y la vida era hermosa como una mujer con la falda levantada.

Ahora no puedo ofrecerte más que estas manos cansadas
y algunas ideas de qué es lo que se puede hacer
cuando ya no queda por hacer nada.

¿Podrás seguir queriéndome todavía?
¿Podré seguir buscándote por las noches?

Por lo demás todo está bien,
siguen mintiéndonos los políticos
y el Barça de nuevo le metió cinco al Madrid.

sábado, 20 de agosto de 2016

Desequilibrio.

¿Se puede ser realmente equilibrado? ¿Hay alguien realmente cuerdo, o somos todos locos a escondidas? ¿Tan terrible es perder un tornillo o dos? No somos muebles.

lunes, 15 de agosto de 2016

X

Soy consciente de lo roja que está mi cara mientras él se acerca a mí. Sonríe de lado, igual que hace cuando sabe que tiene una partida ganada. Me dejo caer sobre el sofá, ganando unos centímetros de distancia, pero en un instante está de nuevo junto a mí, convirtiendome en su presa. Pero yo también puedo ser un cazador. Le agarro de la muñeca y tiro de él hasta que cae a mi lado en el sofá y, rápidamente, me coloco sobre el y le sujeto las muñecas. Sonrio ante su expansión de sorpresa, tengo el control. Le dejo libre la mano derecha y le acaricio suavemente desde la frente hasta la barbilla. Estira el cuello y aprovecho para besarselo y morderlo, gime e inicio el descenso hacia su hombro mientras voy quitándole la camisa. Se retuerce, me coge la cara con ambas manos y me besa, casi con desesperación, como si no pudiese esperar ni un segundo más. Y al mismo tiempo, como si tuviera mil manos, me quita la camiseta y empieza a desabrocharme los pantalones. Trato de seguir la rapidez de sus movimientos, estirando de su ropa hasta desnudarle por completo. Me agarra de la cintura y me empuja para quedar sobre mí, vuelve a sonreír y esta vez su expresión me derrite y me rindo a sus manos que han llegado a mi entrepierna mientras yo estaba distraído en las maravillas de su pecho. Arqueo la espalda ante el placer que me producen sus caricias y llevo también mis manos a su entrepierna, sintiendo como crece entre mis dedos. Acerca de nuevo su rostro y vuelve a besarme. Cambia de postura y se sienta sobre mi abdomen, guiando mis manos hacia su trasero, está ansioso. Masajeo su entrada con los dedos, para asegurarme de que está preparado, pero sin darme tiempo a reaccionar toma de nuevo el control y de repente estoy totalmente rodeado de él, sintiendo cada mínimo movimiento suyo. Ahora soy yo quien atrae su boca a la mía para besarle mientras comienzo a moverme, moviendo al mismo tiempo la mano que todavía sigue en su entrepierna.

Horas después me levanto de la cama y lo tapo con la sábana, le beso la frente. Parece un ángel cuando duerme.

sábado, 13 de agosto de 2016

Opinión.

En teoría tenemos libertad de expresión y opinión. El problema está en que nos la negamos unos a otros. Es decir, echadle un ojo a Twitter, donde todos se tiran piedras entre ellos y tratan de imponer su opinión e ideología sobre las demás. Para cada individuo su moral es la correcta, lo cual es lógico, pero olvidan respetar o tolerar la de los demás. Muchas personas dicen cosas como "mi caramelo es bueno y el tuyo no, por tanto el tuyo debería desaparecer", eso es imponerse y tratar de censurar a la otra persona, pero si la otra persona afirma lo mismo, esta primera persona afirmará que están tratando de censurarla y quitarle su libertad de expresión. Curioso.

¿Hasta qué punto llega la libertad de expresión? ¿Sigue siendo libertad de expresión si le pones un límite? ¿Y hasta que punto puede llegar la tolerancia?