Me vienen hoy a la cabeza imágenes
de cuando queríamos llevarnos la vida por delante,
cuando le desabrochábamos la blusa a Madrid
y yo era el capitán del universo contigo en brazos,
cuando mis manos iban dejando una a una
todas las caricias sobre tu nombre
y la vida era hermosa como una mujer con la falda levantada.
Ahora no puedo ofrecerte más que estas manos cansadas
y algunas ideas de qué es lo que se puede hacer
cuando ya no queda por hacer nada.
¿Podrás seguir queriéndome todavía?
¿Podré seguir buscándote por las noches?
Por lo demás todo está bien,
siguen mintiéndonos los políticos
y el Barça de nuevo le metió cinco al Madrid.
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