domingo, 23 de marzo de 2014

Cosas que encuentro en mis cuadernos viejos I

Ahora es tarde para todo, tu estás muerto y yo olvidada. Todo lo que de mi quedaba fue llevado por ti, y lo que quedaba de ti lo escondí yo. Ya no hay lugar para nosotros en este mundo. Seguimos sin ser iguales, tu estás muerto, sumido en un eterno descanso, yo condenada a existir sin ser, escondiéndome incluso de las sombras, en un lugar que es pero no existe, donde nadie puede llegar, donde casi ya no puedo recordarte, donde soy olvido y nada más.

Cosas que encuentro en mis cuadernos viejos II

¿Hasta donde pretendes llegar para conseguir lo que quieres? Por tu duda sufren otros, por tu capricho y egoísmo terminan heridos todos. ¿Acaso eres mejor que el resto? Lo eres, pero también eres peor. Eres las tinieblas de un corazón sin aire. Eres odio, egoísmo y depresión. Eres oscuridad aparentando ser luz, falsedad, mentiras, traición y dolor, eres sangre, eres yo.

martes, 18 de marzo de 2014

Tobi


Tobi se despertó sobresaltado por el sonido de la puerta. Miró la hora, las dos menos veintitrés de la madrugada, ¿Quién demonios llamaba a su puerta tan tarde? Se levantó y se puso un jersey antes de bajar las escaleras y abrir.

-Emily...- La chica estaba en su puerta, con las piernas temblorosas y los ojos llenos de lágrimas.- ¿Qué ocurre?

Emily abrió la boca, como si fuera a hablar, pero en vez de eso se desplomó en la entrada, ocultando el rostro entre las manos. Tobi adivinó que lloraba por el movimiento de sus hombros. Se agachó junto a ella, le acarició el pelo y después la cogió en brazos y, cerrando la puerta tras de si con un leve empujón de la pierna, depositó a la chica en el sofá del salón cubriéndola con una manta. Se alejó un par de minutos y volvió tras el "click" de un microondas.

-Ten.- Emily cogió la taza llena de chocolate caliente que el chico le ofrecía. - ¿Estás más calmada ahora?

Ella hizo un gesto afirmativo con la cabeza y procedió a tomarse el chocolate en silencio, dando pequeños sorbos que le dejaron un bigote marrón sobre los labios que limpió con el dorso de la mano una vez hubo terminado.

-Perdona.- Emily hablaba con voz débil y temblorosa.- Por venir aquí, así y a estas horas. Siento haberte despertado.

-No importa. ¿Quieres hablar de ello?

-Creo que... Mejor hoy no.

-Tranquila.- Tobi le brindó una de aquellas sonrisas que siempre lograban hacer que ella sonriera también un poco.- Sabes que estoy aquí, para cuando tu quieras.

-Lo sé.- Contestó ella acurrucándose en la manta.- Y sabes que te la agradezco. Sin ti no se si seguiría viva.

-Lo sé.- Susurró Tobi a su vez besándole la frente. Y después volvió a hablar con el tono alegre de siempre.- ¿Te quedas a dormir?

-Sí, gracias.


Todo el mundo dice adiós. Adiós duele.

sábado, 15 de marzo de 2014

Melanie.

-¿Ha quedado ya tu alma destrozada? ¿Se han roto por fin los hilos que mantenían tu corazón fuerte? Dime, ¿te has rendido ahora?

Las lágrimas caían por sus ojos mientras ella escondía la cara entre las rodillas. Tal vez para protegerse, tal vez para no verle, tal ver para que él no la viera. Pero su devastadora presencia le dolía, como una piedra cayendo una y otra vez en el interior de su pecho.

-Contesta Melanie.- Él insistió de nuevo, divirtiéndose con el dolor que causaba.- Te duele, ¿no es cierto? ¿No es cierto que desearías morir? Dime, ¿quién tiene la culpa de tu dolor? Eso es lo peor, ¿a que sí? Por que sabes que realmente todo es culpa tuya, fuiste tu quién escogió, y lo hiciste mal pequeña Mel. Y ahora lloras como si tan solo fueras una víctima, pero tu sabes que no es así, lo sabes. ¿Quién más está llorando ahora por tu culpa, Melanie? Vamos, dilo, ¡dilo! No tienes el valor necesario para tomar el camino correcto, no tienes el valor necesario para quitarte la vida, ni siquiera tienes el valor necesario para admitir que todo esto es culpa tuya. ¿Y qué vas a hacer? ¿piensas esconderte y huir de nuevo? Sabes que eso no funcionará de nuevo, volveré a encontrarte, volveré a perseguirte, volveré a atormentarte. Y sabes por que, lo sabes Melanie, lo sabes. Yo no soy el loco aquí, ambos lo sabemos. Los demás pueden decir lo que quieras, están equivocados, lo están por que creyeron todas tus mentiras, ¿sabes? ahora me señalan a mis espaldas cuando creen que no puedo verlos, ellos piensan que yo soy el loco, pero no tienen ni idea de quién eres realmente. Tranquila pequeña Mel, yo si sé quién eres, yo si sé lo que has hecho. No puedes escapar de mi. No puedes recurrir a nadie, aquellos que podrían haberte salvado lloran ahora por tu culpa, aquellos que podrían haberte protegido han muerto por tu causa sin siquiera conócela. ¿De verdad puedes vivir con eso? Eres un ser horrible, realmente horrible. Me das asco.

-¡Cállate!- gritó Melanie tapándose los oídos con fuerza- ¡Cállate! ¡No tienes derecho a juzgarme!

La sonrisa en el rostro de él desapareció. Se arrodilló frente a Melanie y acarició su rostro en un gesto que de haber sido hecho por otras manos habría resultado dulce, pero que en las suyas provocaba terror.

-Oh, Melanie. Melanie. Melanie. Lo sé, no puedes soportarlo. Lo sé, la verdad duele. Lo sé. Melanie. Ya no te queda nadie, nada, sólo yo y el peso, el dolor de tu verdad. ¿Qué vas a hacer?

Él se apartó de ella, se acercó a una mesa y de uno de los cajones sacó una pistola, luego volvió  arrodillarse frente a Melanie, con los ojos brillantes, como si estuviera a punto de llorar.

-¿Sabes Melanie? Yo te quería, yo te quiero. Oh, Melanie, perdí la cabeza por ti. Mira en lo que me has convertido, ¡mírame!- Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras él apretaba la pistola contra su pecho.- Ya no soy nada pequeña Mel. Nada. Pero eso no importa, ¿sabes que? ya nada importa, ni siquiera tu. Nada.

Aferró la pistola con manos temblorosas mientras las lágrimas seguían resbalando por su rostro. Llevó un dedo al gatillo y dirigió el cañón de la pistola hacia su sien.

-Dylan...

El sonido del disparo se escuchó como algo irreal, como si en realidad no hubiera ocurrido, pero el cuerpo del chico muerto frente a Melanie contaba aún esa aterradora verdad.

Eh, Melanie, ¿qué harás ahora?

miércoles, 12 de marzo de 2014

El cuederno verde y otros.

En principio el cuaderno verde iba a estar destinado a relatos e historias que se me ocurrieran, pero como ya he dicho mi cabeza es un completo caos, y mis cuadernos también.
Este cuaderno contiene una muy breve presentación de varios personajes, trozos de relatos sin principio ni final, frases que se me ocurren, el inicio de un fanfic de CDM, "reflexiones" que surgen de mi muy mal amueblada cabeza y todo tipo de tonterías.
Podría decir que es como un diario secundario, pero el cuaderno verde viene todos los días al instituto mientras el diario se queda en su escondite en mi habitación.
El diario es otro caso, cada vez que escribo pongo la fecha, el lugar y la hora. Y se han dado casos en los que he escrito hasta cuatro entradas de diario en un solo día y casos en los que he pasado meses sin escribir nada. Ahora llevo (pausa para revisar fecha exacta) desde principios de Febrero sin escribir, lo tengo al pobre muy desinformado.
En Windows 8, que es el que tengo yo, hay una aplicación llamada Note de la cual estoy completamente enamorada. Es como un cuaderno virtual y puedo ponerle contraseña, sonidos, de todo, puro amor. Pues bien, en Note también tengo una especie de diario, relatos, de todo. Yo, mientras pueda, escribo en casi cualquier parte, como la protagonista de El cielo está en cualquier lugar pero sin dejar los papeles por cualquier lado y sin esa complicada y preciosa historia de amor [libro muy recomendado, es la segunda novela de amor que leí y enamora completamente, si eso ya hablaré del libro].


Hoy estoy haciendo varias entradas cortas en un solo día, lo he dicho, soy así.

"Te entiendo"

Hola.
La entrada anterior esta sacada (y editada) del cuaderno verde.
Últimamente he pensado mucho en el tema de la anorexia. Gente a la que sigo en twitter es anoréxica y una familiar mía, bueno, podríamos decir que está en proceso de recuperación.
Creo que la mayoría de la gente no comprende la anorexia, no estoy diciendo que yo lo entienda, aunque me gustaría. Creo que no puedes entender algo o a alguien cuando no has vivido ese algo o no has pasado por una situación muy parecida a la de ese alguien, e incluso así. Por este motivo hace tiempo que decidí no decir "te entiendo" si no es cierto, y del mismo modo que me lo digan a mi cuando yo siento que no es así... me irrita, por así decirlo.
En este caso creo que tan solo la gente que padece de anorexia o la ha vivido muy de cerca puede comprenderlo realmente. He oído a gente decir que es una enfermedad estúpida, o que tan solo lo hacen para llamar la atención. Esa gente es realmente idiota a mis ojos. Están juzgando algo que no pueden comprender.
Desde que tenía memoria le habían dicho que no era lo suficientemente delgada, siempre la habían señalado con el dedo criticando su cuerpo y dirigiéndole insultos una y otra vez. Ella tan solo podía llorar cuando nadie miraba, sufría en silencio a solas con su alma destrozada. Pretendía ser fuerte ante las miradas de desprecio, pero cuando se sentía libre de esas miradas lloraba viendo la sangre deslizarse por sus brazos.

Un día decidió no comer, dijo que le dolía el estómago, que estaba enferma, por eso a nadie en su familia le extrañó que vomitara. Pasaron los días, las semanas, los meses. Ya nadie la señalaba diciendo que no era suficiente, habían dejado de criticarla e insultarla. Pero eso no importaba, por que ahora era el espejo quién lo hacía. Cada vez que miraba su reflejo veía una decepción, su propio cuerpo.

El tiempo volvió a pasar, y la gente volvió a señalarla. Ahora decían que era demasiado y la invitaban a comer. Todos ellos no eran para ella más que enemigos, personas que tan solo buscaban su desgracia, su miseria. También lo eran su familia, que insistían en que fuera al médico, que tan solo estaban preocupados por su salud.

Pero ella había decidido no hacerle caso al mundo, eran ella, el espejo y las cuchillas. Su cuerpo era un cuadro lleno de líneas rojas cicatrizantes y huesos marcados en la pálida piel.

Un día su vida trajo un cambio, alguien nuevo, su primer amor. Él se acercó a ella y tomando su mano, y mirándola a los ojos le dijo "déjame invitarte a comer".

Y ella lloró de nuevo.

Que reine el caos y Personajes

Hola y tal.
He decidido que voy a volver a la idea original del blog. Eso de escribir lo que me de la gana en el momento d teclear y sin hacerlo cada x días. Debido a esto las llamadas páginas van a quedar inservibles, puede que algún día decida ordenarlas o eliminarlas, ya veremos.
Pues eso, que si antes este blog ya era un desorden ahora lo será más aún, exactamente igual que mi cabeza... No, esto está mejor amueblado.

Y para que esto no quede como una entrada diminuta voy a hablar un poco de los personajes que he ido creando a lo largo de mi vida. Esta vez hablaré de los que serían los primeros, si eso ya continuaré.

Bien, lo más atrás que llegan mis recuerdos es hasta aquellos cuadernos DINA5 cuadriculados de 16 hojas, edelvives, si no me equivoco y disponibles en diferentes colores. Esos que son prácticamente los primeros cuadernos de cuando eres niño. En uno de estos cuadernos fue donde escribí mi primera historia "larga". Los protagonistas eran Ana y Luis, dos chicos de la misma edad que eran vecinos y cuyos balcones quedaban el uno frente al otro. La historia hablaba de sus vidas y las de sus amigos. También hice una versión con los mismos personajes pero poseyendo estos poderes mágicos. Esta fue la historia que me llevó, por primera vez, a soñar con ser escritora (Sueño que fue rápidamente machacado por unos padres que le explicaron a su hija de 6 años que nunca podría vivir de escribir libros.)

lunes, 10 de marzo de 2014

¡No estoy muerta!

Hola.
Pues eso, que sigo viva y tal. Aunque este blog este a estas alturas viejo y oxidado.
¿Qué por que he vuelto? Gracias por preguntar querida Katckya*. Bueno, la explicación es algo larga, pero ahí va:

Mis amigos y yo tenemos una especie de "juego" en el cual hemos creado una familia, como los niños que juegan a mamás y papás, algo así. Y en esta "familia" yo tengo un hijo cuyo padre es (redoble de tambores) ¡Nelson! (Todos locos, sí) y hoy, diez de marzo de 2014 sería nuestro 15º aniversario de boda. Esta especial fecha junto con la petición de un par de mis queridos amigos de que siguiera escribiendo (cosa que según ellos hago bien) me ha traído de nuevo hasta aquí. En principio mi idea era coger a Nelson y sacarlo de su rol como huérfano falto de un dedo para implantarlo en un pequeño relato como mi sanguinario esposo y padre de mi hijo. Así que vamos a intentarlo, ¿no?

Desperté temprano aquel día, el calendario decía 10 de marzo, y la casilla estaba rodeada con rotulador negro. Sonreí a la almohada vacía a mi lado. Nelson no estaba es casa, casi nunca estaba, pero  tenía el presentimiento de que iba a volver. El 10 de marzo es especial, ya que el 10 de marzo de 1999 fue el día en que decidimos casarnos.
Me levanté con asombrosa facilidad y caminé de puntillas hasta la habitación de nuestro hijo, William, seguía profundamente dormido. Continué andando hasta la cocina, pisándome los bajos de un pantalón de pijama demasiado grande para mi que, al igual que la camiseta, pertenecía a Nelson. Después de tomarme la taza de leche de todas las mañanas me senté en el sofá a leer mientras esperaba.
Varios minutos después y, como no, en la mejor parte del libro, noté el roce de una mano en mi mejilla. Coloqué el marca páginas y cerré el libro antes de girarme:
-Estaba en la mejor parte del libro.
-Feliz aniversario a ti también, pequeña.- Desde que nos conocíamos él era más lato que yo, a pesar de no ser demasiado alto, y había cogido la costumbre de llamarme pequeña.- ¿Will duerme?
-Profundamente.- Contesté tirando de su brazo hasta sentarlo junto a mi en el sofá.- Me alegro de verte, feliz aniversario.
-¿Me has comprado un regalo?
-¿Me has comprado tu uno a mi?
Nelson dejó salir una carcajada y puso mis piernas sobre su regazo.
-Quise comprar una estrella más bonita que tus ojos, pero no existe tal cosa.- Dije estirando una mano para acariciar sus mechones castaños que ya empezaban a crecer.
-Que casualidad.- Contestó Nelson.- Por que yo he estado buscando un sol capaz de iluminar mi vida más que la mujer que me robó el corazón, pero tampoco existe.
-Vaya.- Mi mano bajó desde su pelo hasta su mejilla -Esa mujer debe ser realmente maravillosa.
-Pero siempre la interrumpo en la mejor parte del libro.
-Te odio.
-Yo te odio más.- Nelson se tiró sobre mi como un lobo que cae sobre su presa.
-Hola papá. No hay necesidad de hacerme un hermanito, gracias.
-¡William!- Nelson se levantó y abrazó a su hijo.- ¿Ya me echabas de menos?
-Hola papá- repitió William.- Esta vez no has desaparecido tanto tiempo.
-¿Y qué es eso de que no quieres un hermanito?- Preguntó Nelson fingiendo indignación.- Estabamos a punto de hacerte tres.
-Por favor, Nelson.- Dije riendo.- No habrá ningún hermanito, Will.
-Pues al menos ofréceme un buen desayuno.
-Sentaos los dos y ni se os ocurra hablar mientras coméis el mejor desayuno de vuestras vidas.
Padre e hijo desayunaron juntos y después Nelson nos contó donde había estado y que había visto en su ausencia. No hubo ningún regalo, ni ninguna "celebración especial". Pero para nosotros era especial estar todos juntos por que rara vez pasaba. Fue un día precioso, y cuando desperté a la mañana siguiente volví a sonreírle a la almohada vacía a mi lado que aun conservaba el olor del hombre con los ojos mas bonitos del mundo.




Y FIN.

Es muy cursi, ¿no? Pero bueno, la primavera y tal. ¡He de irme!

*Katckya es, por decirlo de alguna manera, mi inspiración, con "forma" de hada o algo así, os la describo por que me apetece: 10 cm. de altura, pelo rubio y corto, un poco estilo Naruto, piel verde y piernas con piel de reptil, por así decirlo, dobles alas plateadas de 7 cm. Podríamos decir que le gusta fastidiar a los demás, sobre todo a mi, pero yo siempre la busco.