En realidad no soy más que lágrimas.
Hay niebla en mi mente, y no distingo horizontes.
No me molestaría ser polvo y huesos.
Ya que sólo soy una mezcla más compacta de lo mismo.
Y carezco de importancia, llena de ignorancia. En un mundo demasiado grande para mi tamaño.
Sudor y sangre que no crean nada, esfuerzo inútil, apariencia inútil.
Tengo hambre, ¿pero debería alimentarme? Tal vez sea un parásito, disfrazado de falsos halagos.
Mi alma ha muerto entre tanta falsedad. He dejado de saber si estoy bien o estoy mal.
¿Por qué yo? Cuando podría haber otro, respirando este oxígeno que siento como robado.
Desearía ahogarme en pesadillas espantosas, más dulces que la realidad. Hasta el punto de morir por sobredosis.
Un atajo hacia el final del camino, los pies destrozados dejando huellas sangrientas.
Querida hada madrina, si alguna vez has existido, tu misión de velar por mi ha sido todo un lío. Deja que 'los malos' devoren mi cadáver.
Que toda mi existencia desaparezca en un suspiro.
Ningún rastro de mi, sin recuerdos del olvido.
Me esfumaré completamente, adiós a la niebla de mi mente. Y a mi.
domingo, 9 de agosto de 2015
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