Abre los ojos,
Pero no hay nada a su alrededor.
Verde es la sombra,
Verde es la luz,
Verde la esperanza
Que arrastró aquel alud.
Es un sonido que no suena.
Porque es la muerte y su condena.
Y trata de luchar,
Porque es un alma,
Porque es un mundo,
Porque es un secreto.
El alud ya ha pasado, la nieve continúa,
La blanca oscuridad que lo aterroriza.
Y aguanta, y resiste,
Y llega el rescate triste,
No ha muerto, está vivo,
Pero las heridas no se curarán.
La debilidad lo atormenta, la atormenta,
Roto desde dentro, sangrando todas sus letras.
Lágrimas inútiles,
Tristeza casi pasajera,
Manchas negras, oscuras,
Como sus rotas alas.
Descansando en contra de su voluntad, no olvidado,
Retirado de sus viajes, retirado de casi todo su trabajo.
Sin compañía,
Sin fuerza,
Sin secuestros,
Sin sonidos.
Es como la más triste nueva era de todas las eras,
Como el último solo de un violín destrozado.
Sin arco,
Sin cuerdas,
Sin violinista,
Sin notas.
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