Tú, persona ignorada.
¿Crees acaso que tienes el poder de echarme abajo?
A mí, que soy todo lo que me ha roto en pedazos.
Caminarás por las cuencas de mis ojos, maldito destructor.
Devuélveme mi alma. Mi poder.
Lo sé todo acerca de ti.
Sé que ruges a las montañas cuando te crees superior.
Maldito cabrón.
Retuercete en los infiernos de mi pecho.
Tú, que te crees poseedor del mundo. Atrévete a pisar mi suela.
Trata de vivir para contarlo.
¿Crees acaso que sabes quién soy? Ni siquiera has escuchado mi verdadera voz.
Yo he creado mundos, durante años los he alimentado.
Y ellos, ellos me han torturado, atormentado.
Como una maldita explosión. Pedazos que vuelan por los aires.
Ten el valor suficiente, el valor del que carezco.
Abre la puerta muerta, acércate y respira de mi aliento. Respira.
Estúpido, no tientes dos veces a la muerte en su propia cama.
¿Has vivido alguna vez dentro de un armario?
Disculpa. Tengo una tormenta tras los ojos y suele afectarme al cerebro.
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