jueves, 3 de marzo de 2016

Grullas de papel.

Ha sido un día de esos que son autodestructivos, de los que tengo que apartarme las piedras del camino. DE los de hacer otras quince grullas de papel y no llegar nunca a mil. La de hoy ha sido verde, en un desesperado intento de que se convierta en la esperanza que necesito o en alguna de las metas que he perdido hoy. Qué frágiles son los días. Acaba de caer sobre mis hombros otra derrota. No sé si no puedo o no quiero permitirlo, tal vez sea una mezcla de ambas. Sé que no puedo tenerlo todo, pero eso no me impide intentarlo. ¿Qué pasaría si hoy, en las horas que quedan de día, triunfase en algo? Porque aún tengo tiempo. Están sonando esas canciones que me impiden dejarlo ahora, y la grulla de hoy me ha quedado casi perfecta. Maldita sea, aún tengo tres horas para triunfar en algo hoy.

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