martes, 29 de marzo de 2016

A.

El amor puede ser malinterpretado, encerrado y censurado, pero no será puro ni completo. Por algún motivo, nos empeñamos en idealizarlo o juzgarlo. Pero no es más que un sentimiento que no tiene porqué ser compartido. No es una botella de agua de la que puedas beber y que se conserve siempre en tu nevera sin necesidad de cuidados. El amor puede hacerte sufrir, sea o no correspondido. Y puede enseñarte. Las relaciones no se mantienen solas, el amor cambia y evoluciona y puede morir, también necesita ser cuidado. El amor no aparece de la noche a la mañana, no se da por arte de magia. El amor, el que es real - no todo ese rollo surrealista del bebé en pañales - es como una planta. Crece, poco a poco, más bello con los cuidados correctos. Puede enfermar, pueden morirse sus hojas y ante el olvido puede perecer. Y al igual que una planta, bien cuidado, puede ser hermoso. Puede ser maravilloso y puede ser horrible. Puedes luchar por él o dejarlo ir ante el primer obstáculo. Puede ser acogedor o aterrador. Pero muchas de estas cosas que pueden ser o no ser, dependen de tu disposición. Porque puedes estar dispuesto a amar o no. Pero los más importante del amor, es que puede traspasarlo todo. Puede ser tu salvación. Y si nunca has tenido el valor de afrontarlo o la dicha de conocerlo, no permitas que eso te impida dejar que cada cual tome sus elecciones y respetarlas.

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