Voy a ser quien te rompa las entrañas esta noche. Quien te robe el sueño y la almohada. Voy a irrumpir en tu noche calmada como si no existiera el maldito mañana. Vas a agradecerme, con las ojos brillando llenos de locura, que haya desecho tu alma. Pasarás esta noche y otras mil más buscando mi olor entre mantas. Y tal vez, alguna otra noche, vuelva a arañarte la espalda.
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