viernes, 31 de marzo de 2017
Z
Truena el cielo como si lanzara su último aliento.
Los techos crujen y las tejas gimen
y hace solo unas horas el sol abrasaba a todo aquel que abandonaba la sombra.
Vivo en un lugar donde estos cambios son más que posibles.
Verano e invierno suelen pelearse y apenas dejan tiempo a Primavera y Otoño.
Vivo en un lugar que se enfurece y se calma y sonríe y ríe y llora y grita con la fuerza de sus pulmones y abraza con la fuerza de sus brazos.
Camino por las calles de este amable gigante y no puedo evitar que al menos por un instante se me escapé una sonrisa de alegría.
Porque aquí es donde habito y aquí es donde estará mi casa.
domingo, 19 de marzo de 2017
Escribir.
Por algún motivo, la gente a mi alrededor ha asumido que escribo y se me da bien, no entiendo cómo han llegado a esa conclusión cuando las pocas cosas que han salido de mí a la luz o bien eran horribles, o bien han sido reducidas a pedazos o eran cartas de amor. ¿Quién no sabe escribir una carta de amor?
Por lo demás solo soy una montaña de nombres inventados en mundos que se crean y se destruyen en menos de un segundo y un basurero de sentimientos desastrosos.
Sí, lo he intentado, ha habido ocasiones en las que le he echado al mundo en la cara mis torpes intentos de crear algo de forma "formal". Potterfics, wattpad, me disculpo.
Por esto no voy a disculparme, Blogger y yo acordamos que este sería mi segundo basurero.
Tal vez algún día sea capaz de componer de verdad, de terminar lo que comienzo y de escribir sin que me sangre el corazón.
Tal vez algún día vuelva a sentir dolor en los omoplatos.
martes, 14 de marzo de 2017
Roto.
Sólo quería llamar tu atención y que jugases a mentir que te importo, me entiendes y me quieres.
Es lo que siempre he soñado que alguien haga.
Aunque aún albergaba la esperanza de que no fuese necesario destrozarme para ello. Cuanta ingenuidad.
miércoles, 22 de febrero de 2017
Amistad.
El campo de batalla representa a los amigos perdidos en combate, a los amigos de siempre, los amigos de ahora y las nuevas personas que con o sin quererlo parecen reclamar un hueco en mi corazón.
Antes no era un campo de batalla, era un castillo con varias murallas y sus habitantes se organizaban de fuera a dentro, según su importancia en mi vida.
En cierto modo ahora es más triste, las murallas permanecen en el campo de batalla como líneas pintadas en el suelo, pero hay conflicto. Hay bandos que prefieren pasar por alto la existencia de otros, personas que no pueden verse unas a otras. A veces siento que tengo que dividirme para tratar de ser leal a todos y protegerlos a unos de otros.
Sé perfectamente que no todos ellos sienten los mismo por mí, ni yo siento lo mismo por todos ellos. Pero una vez soñé con unirlos a todos en una tregua, por mí, siendo egoísta. Y lo hicieron. No os hacéis una idea de lo feliz que fui cuando aceptaron. Aunque la vida no es un sueño, estaban en el mismo sitio pero no estaban juntos. Eso era demasiado pedir, incluso yo lo sé.
A veces echo la vista atrás, para recordar a todas esas personas a las que les regalé una vez mi corazón y ellos ni lo miraron o se lo quedaron para ellos, y tengo miedo. Dicen que confío en la gente con demasiada facilidad y que llamo amigo a cualquiera que me regala una sonrisa y una buena tarde. A veces me da miedo volver a elegir mal. Porque sí, tengo amigos que sé que tal vez no merezcan ser llamados así, pero no podemos elegir a quién queremos.
Y yo soy la primera idiota que no es capaz de mandar de vez en cuando un puñetero Whatsapp para preguntarles como les va la vida, pero también soy la idiota que les acoge siempre que puede, que les da la forma de amistad que cada uno necesita.
A veces pienso en la clase de amigos que tengo y me enfado. Y a veces pienso en la clase de amigos que tengo y lloro de felicidad. Nadie es perfecto.
A veces echo de menos amigos del pasado, o lo fácil que era antes mantener una amistad cuando los veías en clase todos los días.
Sí, tal vez ahora sea más complejo y a veces incluso doloroso el mantener las amistades. Pero no me arrepiento. No quiero renunciar a ninguna de las personas que me importan a día de hoy.
sábado, 11 de febrero de 2017
Empezar de cero.
jueves, 9 de febrero de 2017
Evasión de ti.
no sin antes darte las buenas noches.
No quiero que pienses que me marcho y te abandono,
aunque sea precisamente eso lo que hago.
Pero no quiero que recuerdes la cobardía que me empuja ahora,
cuando te escribo una carta que probablemente nunca leerás,
que probablemente nunca sacaré de mi bolsillo.
Quiero que recuerdes cómo solíamos ser,
cómo soliamos dejarnos llevar por la marea de la alegría
cuando ignorábamos que el final se acercaba poco a poco.
Esos son los recuerdos que me han mantenido a tu vera estos meses,
los recuerdos por los que no soy capaz de decirte la verdad,
por miedo a remplazarlos por el dolor que supone una verdadera despedida.
Pero tengo que hacerlo,
si no me voy ahora nos precipitaremos al vacío.
Aún no te has dado cuenta, pero sé que lo sabes,
nos hemos evadido tanto del resto del mundo que hemos estado a punto de fundirnos en el otro.
Tal vez cuando despiertes y no me encuentres te cueste entenderlo
pero en algún momento lo comprenderás.
Estoy intentando salvarnos a base de evadirme de ti y fundirme con el mundo.
martes, 7 de febrero de 2017
Nada.
Es como te sientes cuando ves a todos a tu alrededor tejiendo un puente hasta sus objetivos mientras tu camino se funde en una nube de sueños imposibles. Cuando pareces ver tu juventud marcharse y dejarte atrás sin experiencias de verdad. Es lo que llena la rabia de saber que tal vez podrías ser algo y no estás siéndolo, por cien motivos y ninguno. Es aquello que eres cuando te abandonan la euforia, la determinación y las causas de ti. Aquello a lo que temes, esperas y añoras. La única respuesta a tus miles de preguntas. Lo que tu balanza dice que vales cada vez que sientes la necesidad de preguntarle.