Me estoy derritiendo.
Y me sigue faltado el tiempo,
se me hace difuso, se pasa volando.
Y querría haber llegado cuando tocaba,
con la cabeza bien puesta,
con el cerebro en su sitio,
pero no ha podido ser,
no sé si podrá ser algún día.
Y siento que esto es un engaño,
que estoy dando forma a un trozo de barro
que no va a aguantar ni media tormenta.
Pero no pasa nada,
de todas formas nadie tenía esperaba nada.
Y si tengo la suerte de que el barro seque,
de que el horno funcione,
que no se destroce la pieza a medio cocer,
con un poco de paciencia, un poco de tacto,
tal vez pueda pintarlo de rosa.
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