Corre. No tienes otra opción. Corre tanto como te lo permitan tus piernas, incluso más. Ellos no van a detenerse, no van a tener piedad. Si te detienes, aunque sea un solo instante, te atraparán. Y entonces ya no habrá nada que hacer. Porque una vez que te atrapan, no vuelves a ser tú. Te devoran, al menos eso es lo que dicen, tanto el cuerpo como el alma. Y te conviertes en aire y restos de carne entre sus dientes. No seas ingenuo, no creas que puedes detenerlos, nadie puede. Para vencerlos sería necesario al menos conocer un punto débil. Pero eso es imposible, todo el que los ve muere al instante. Y seguiríamos sin saber de su existencia de no ser por las pisadas en la última nevada, y el grito de la primera víctima.
Corre. Porque la noche se avecina, y ellos van a despertar de nuevo con la nevada. Y será tu último día.
miércoles, 24 de junio de 2015
domingo, 21 de junio de 2015
Cuando me indigno por tonterías
Sí, seguramente será una tontería, pero bueno.
Cuando vas a la librería, a veces en los libros salen pequeñas frases que ha dicho tal o tal persona sobre el libro en cuestión. Por ejemplo (sacado de mi estantería) en La música del silencio: "Este Rothfuss es condenadamente bueno" George. R. R. Martin. Ningún problema, me parece perfecto que cada cual de su opinión. Sin embargo, en estas frases, hay dos tipos que no me gustan tanto. Y acabo de encontrarme con las dos en un mismo libro.
Estaba mirando a ver que decían de La era de huesos por Internet y me he encontrado con esto:
«¿Te gusta Juego de tronos? Aquí empieza tu nueva obsesión.» Glamour
«La Era de Huesos es la novela que J.K. Rowling y William Gibson nunca llegaron a escribir.» Wired
Lo que no me gusta de la primera, es que afirmen que si te ha gustado tal libro del mismo género, este también te gustará. Entonces, ¿si no te ha gustado, en este caso, Juego de tronos, no te puede gustar La era de huesos? Es algo en lo que no estoy de acuerdo. Cada autos tiene su propio estilo, cada historia es distinta. Entiendo que es marketing el usar un libro conocido y decir que el otro es tan bueno o mejor. Simplemente, esta es mi opinión.
Lo que no me gusta de la segunda parte (sí, también comprendo que pueda ser marketing) es el hecho de coger a dos autores conocidos y decir que "imagínate lo bueno que tiene que ser este libro que estos dos que han escrito cosas geniales no podrían haber escrito este libro". Como ya he dicho, opino que cada autor tiene su estilo. Y que, no sólo a la hora de escribir, sino en geneal, no es correcto decir que alguien es mejor que otra persona por haber tenido más éxito, por ejemplo. Además, todo depende de los gustos de las personas, y ya se sabe, para gustos los colores.
Tenía que decirlo, creo que hay formas mejores de vender. No me opongo a estas tampoco, por que tal vez sean más efectivas, es algo que no sé.
Cuando vas a la librería, a veces en los libros salen pequeñas frases que ha dicho tal o tal persona sobre el libro en cuestión. Por ejemplo (sacado de mi estantería) en La música del silencio: "Este Rothfuss es condenadamente bueno" George. R. R. Martin. Ningún problema, me parece perfecto que cada cual de su opinión. Sin embargo, en estas frases, hay dos tipos que no me gustan tanto. Y acabo de encontrarme con las dos en un mismo libro.
Estaba mirando a ver que decían de La era de huesos por Internet y me he encontrado con esto:
«¿Te gusta Juego de tronos? Aquí empieza tu nueva obsesión.» Glamour
«La Era de Huesos es la novela que J.K. Rowling y William Gibson nunca llegaron a escribir.» Wired
Lo que no me gusta de la primera, es que afirmen que si te ha gustado tal libro del mismo género, este también te gustará. Entonces, ¿si no te ha gustado, en este caso, Juego de tronos, no te puede gustar La era de huesos? Es algo en lo que no estoy de acuerdo. Cada autos tiene su propio estilo, cada historia es distinta. Entiendo que es marketing el usar un libro conocido y decir que el otro es tan bueno o mejor. Simplemente, esta es mi opinión.
Lo que no me gusta de la segunda parte (sí, también comprendo que pueda ser marketing) es el hecho de coger a dos autores conocidos y decir que "imagínate lo bueno que tiene que ser este libro que estos dos que han escrito cosas geniales no podrían haber escrito este libro". Como ya he dicho, opino que cada autor tiene su estilo. Y que, no sólo a la hora de escribir, sino en geneal, no es correcto decir que alguien es mejor que otra persona por haber tenido más éxito, por ejemplo. Además, todo depende de los gustos de las personas, y ya se sabe, para gustos los colores.
Tenía que decirlo, creo que hay formas mejores de vender. No me opongo a estas tampoco, por que tal vez sean más efectivas, es algo que no sé.
viernes, 5 de junio de 2015
Final de curso
Nervios generalizados. Gente con ojeras. Días que pasan como tortugas supersónicas. Combinación de euforia y estrés.
jueves, 28 de mayo de 2015
Tengo un problema
Mi problema son los libros. Quiero llenar los huecos que no existen en mi estantería. La pobre ya está bastante llena, es cierto que en ella no caben más libros (además, las dos baldas inferiores guardan más cosas a parte de libros) pero... Tanto ella como yo sabemos que aunque no haya espacio, los necesitamos. ¿Qué? No es culpa mía. Son ellos, los escritores. Que un buen día deciden sacar un libro que a mis ojos parece maravilloso y que despierta ese sentimiento de querer leerlo a toda costa. Y entonces es cuando, un buen día, paso por delante de una librería y decido entrar. La mayor parte de sus estanterías gritan mi nombre, todos los libros ruegan que cargue su peso en mi mochila y los lleve a casa. Y siempre nos separa la maldita etiqueta con el precio. Tienes que elegir uno entre cientos. Oh, eso también resulta horrible. Porque tal vez tenga la intención de ir a por un libro en especial, pero entonces uno que no conocía me llama suavemente, con una voz seductora y me hechiza de tal modo que lo llevo a casa sin pensarlo. Esto no hace más que aumentar la lista de mis libros deseados. Para cuando consigo uno, diez, veinte, cincuenta más tratan de seducirme.
martes, 26 de mayo de 2015
Viva el Spam
Resulta que mi blog literario favorito (Y otro que hasta ahora no conocía) han llegado a 200 seguidores (¡FELICIDADES!) y hacen un concurso/sorteo/"gyncana"/cosa con pinta muy chachi con preguntas sobre libros (Que me parece muy genial y tengo muchas ganas de jugar, a ver si no meto mucho la pata). Así que por si da la casualidad de que alguien entra aquí y lee esto, ¡participar es divertido! Bueno, yo tengo que ponerme a releer mi estantería entera.
(Bueno, no sé si es que soy demasiado torpe o qué, pero no se poner banners, así que lo dejo en forma de imagen.)

El tintero abierto (blog que ya conocía y que <3)
Cristina entre letras (blog que a partir de ahora voy a conocer muy bien)
(Bueno, no sé si es que soy demasiado torpe o qué, pero no se poner banners, así que lo dejo en forma de imagen.)

El tintero abierto (blog que ya conocía y que <3)
Cristina entre letras (blog que a partir de ahora voy a conocer muy bien)
Nunca tuve más clara mi inocencia.
No te culpo por no querer ser esclavo de la luna.
Ser esclavo de los astros es duro y mal pagado.
Te culpo por declararte libremente amante del amor sin serlo.
Por no cumplir las promesas ni antes ni después.
No te culpo por la prisión en la que te encuentras.
Ni por la profundidad del agujero en el que estás.
Te culpo por rechazar la mano amiga.
El consejo de alguien, tal vez no más sabio.
Te culpo por las mentiras que hiciste falsas verdades.
Te culpo por usar la ira acumulada contra el ser inocente.
Te culpo por el morado doloroso dentro de los tonos rosados.
Te culpo por el porcentaje que ingerías cada noche.
Te culpo por denegar de tus tareas genéticas.
Te culpo por la agresividad de tus verbos y gestos.
Te culpo por los años en los que te protegí.
Te culpo por crear a mi fiel acompañante en la niñez.
Te culpo por tus crímenes, porque son crímenes.
Te culpo por más de mil litros salados.
Te culpo por obligarme a ser fuerte.
Te culpo por la crueldad que me enseñaste.
Te culpo por aquellas sesiones en un aula diminuta.
Te culpo por tu peso sobre mi espalda.
Te culpo por obligar a madurar violentamente.
Te culpo por aquellas navidades sin navidad.
Te culpo por veranos convertidos en infiernos.
Te culpo por las tazas para el agua.
Te culpo por los cientos de latas.
Te culpo por las toallas usadas que fingían ser almohadas.
Te culpo por las madrugadas observando la luna.
Te culpo por los escalofríos hirientes.
Te culpo por... Maldita sea, por un millón de cosas.
Desataste la ira del yo más pacífico y lo derrumbaste con dolor.
Pero juro, que por más que duela, tuya es mi sangre.
Y los buenos recuerdos que asustados, se esconden en un rincón de mi mente,
sirven sólo para causar aún más dolor.
Porque aún confío en que nunca has conocido al monstruo que habita en tu interior.
Ser esclavo de los astros es duro y mal pagado.
Te culpo por declararte libremente amante del amor sin serlo.
Por no cumplir las promesas ni antes ni después.
No te culpo por la prisión en la que te encuentras.
Ni por la profundidad del agujero en el que estás.
Te culpo por rechazar la mano amiga.
El consejo de alguien, tal vez no más sabio.
Te culpo por las mentiras que hiciste falsas verdades.
Te culpo por usar la ira acumulada contra el ser inocente.
Te culpo por el morado doloroso dentro de los tonos rosados.
Te culpo por el porcentaje que ingerías cada noche.
Te culpo por denegar de tus tareas genéticas.
Te culpo por la agresividad de tus verbos y gestos.
Te culpo por los años en los que te protegí.
Te culpo por crear a mi fiel acompañante en la niñez.
Te culpo por tus crímenes, porque son crímenes.
Te culpo por más de mil litros salados.
Te culpo por obligarme a ser fuerte.
Te culpo por la crueldad que me enseñaste.
Te culpo por aquellas sesiones en un aula diminuta.
Te culpo por tu peso sobre mi espalda.
Te culpo por obligar a madurar violentamente.
Te culpo por aquellas navidades sin navidad.
Te culpo por veranos convertidos en infiernos.
Te culpo por las tazas para el agua.
Te culpo por los cientos de latas.
Te culpo por las toallas usadas que fingían ser almohadas.
Te culpo por las madrugadas observando la luna.
Te culpo por los escalofríos hirientes.
Te culpo por... Maldita sea, por un millón de cosas.
Desataste la ira del yo más pacífico y lo derrumbaste con dolor.
Pero juro, que por más que duela, tuya es mi sangre.
Y los buenos recuerdos que asustados, se esconden en un rincón de mi mente,
sirven sólo para causar aún más dolor.
Porque aún confío en que nunca has conocido al monstruo que habita en tu interior.
viernes, 22 de mayo de 2015
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