Nelson dejó su mochila en uno de los compartimentos del tren. El viaje duraba unas dos o tres horas, tiempo de sobra para pasearse por el tren.
Cinco vagones más adelante Nelson encontró el vagón-cafetería, un par de tipos que parecían de primera clase charlaban en voz baja en la primera mesa, en la segunda tres chicas no mucho mayores que Nelson reían con la alegría de quien cumple un sueño, el resto de las mesas estaban vacías y tras a barra un camarero ya entrado en años fregaba un vaso con un gesto tan típico en un camareros que hizo sonreír a Nelson.
-Buenos días.
-hola, chico, ¿Algo de beber o de comer?
-Una bolsa de patatas y cualquier refresco me valen, gracias.
-Bueno, bueno, que educado, enseguida.
El camarero le sirvió y Nelson fue a sentarse en una de las mesas, abrió el paquete de patatas y empezó a comer mientras miraba por la ventana perdido en sus pensamientos.
Un ruido le saco de su mente, uno de los hombres había dado un puñetazo a la mesa y el otro lo miraba con el ceño fruncido. Si las chicas habían oído el golpe, habían preferido ignorarlo, seguían riendo alegremente. Pero Nelson no lo ignoró, prestó atención a la conversación de los dos hombres intentando que no se notara su interés.
-Demonios, cálmate Jake, no es tan grave...
-¿¡Como que no es grave!?- el hombre que había dado el puñetazo bajo la voz dificultando la escucha para Nelson- No estas tratando con una mafia cualquiera, ¿sabes lo que pasará si no están contentos contigo, si cometes el mas mínimo error?
-Se quienes son y...
-Te matarán, y no contentos con eso te torturaran a ti y a tus seres queridos. Ya ha pasado, con Dorian, Deeglas, Pettersoon y otros como ellos, ¿los recuerdas?
-Pero Jake...
"Deeglas"
Nelson abrió los ojos como platos, estaba sorprendido, muy sorprendido, no esperaba escuchar su apellido en aquel vagón. sonrió para si mismo, al parecer, ya tenía alguien de quien obtener información.
Dejó de prestar atención a los dos hombres mientras se terminaba las patatas y el refresco. sentía el bulto de la daga en el bolsillo del pantalón, de no ser por la funda probablemente ya habría roto el tejido vaquero, pero sus pantalones estaban intactos y la daga quedaba al alcance de su mano de forma que pudiera utilizarla en caso de emergencia.
Los dos hombres se levantaron y comenzaron a andar hacia los vagones de primera clase, Nelson no se había equivocado.
Tiró el paquete vacío de patatas en la papelera y siguió a los hombres hasta un vagón con aspecto de ser privado. Llamó a la puerta y abrió asomándose.
-Perdón, ¿puedo pasar?
-¿Quien eres tu?- preguntó Jake
-Busco a Jake-contestó Nelson entrando en el vagón y cerrando la puerta tras de si- Me han dicho que le encontraría aquí.
-Soy yo- contestó adelantándose- ¿Quién te envía? ¿Quién te ha dicho donde podías encontrarme?
Nelson sonrió y metió la mano en el bolsillo derecho del pantalón.
-Me envía Peter Deeglas.
Los dos hombres se quedaron paralizados al escuchar aquel nombre.
-¿Q-que demonios estas diciendo, chico?
-Me envía Peter Deeglas- repitió Nelson ensanchando su sonrisa.
Jake retrocedió unos pasos.
-¿Por qué conoces ese nombre? ¿Quién demonios eres?
-Solo alguien que busca información acerca del "viejo" y su mafia, acerca de los asesinos de Peter.
-Jerry...- Jack retrocedió hasta colocarse junto a su compañero- ¿Lo conoces?
Aquel que respondía al nombre de Jerry negó con la cabeza sin poder apartar los ojos de Nelson que los miraba a través de su castaño flequillo sonriendo como un loco.
-Vamos, contadme lo que sabéis- ordenó Nelson.
-¡No tenemos por que hacerte caso, mocoso!- escupió Jake recuperando su valor
-Yo creo que si- contestó Nelson sacando la daga del bolsillo de su pantalón- Hablad
Me encantaaaaa! Dios está chulísimo, sube el próximo pronto *-*
ResponderEliminarQue interesante!!