Hola
Vale, estamos en época de exámenes y debería pasarme el día estudiando, pero me apetece escribir y punto.
Hoy se me ha ocurrido una pequeña historia en clase así que voy a intentar escribirla:
Louise era una chica normal, bueno, no es que se pueda decir "normal" porque, ¿que significa realmente "normal"? Louise era callada y estudiosa, de esas que pasan los recreos repasando para los exámenes o hablando tranquilamente con un par de amigas. Nunca fue demasiado popular ni llamó la atención. Nunca fue victima de acoso, tampoco sufría de problemas familiares fuera de lo común.
Pero un día algo la hizo cambiar. El futuro.
No había razón para que ella lo viera. Louise no era nadie especial. No había razón para que ella lo viera.
Pero lo vio. Ni siquiera puede decirse que fuera una visión espectacular, o una visión sin más. Simplemente lo vio. Eso fue lo que dijo.
Ese día era un martes totalmente "normal". Louise actuó como siempre lo hacía. Pero en mitad de clase de geografía, ocurrió. Apenas levantó la voz o hizo gesto alguno, hablaba tan bajo que ni siquiera su compañero podía escucharla, pero es profesor interrumpió su clase para preguntarles a ambos por qué no estaban prestando atención. Louise lo miró con los ojos perdidos en un intenso terror, y levantó un poco su voz, entonces pudieron escuchar lo que decía: "terrible, me da miedo, no quiero eso, mucho miedo, por favor no, el futuro es horrible, destrucción, tengo miedo". Solo susurraba cosas sin sentido. El profesor la sacó de clase e intentó hablar con ella, pero no fue capaz, Louise solo repetía lo mismo: "miedo, el futuro, terrible, espantoso, no quiero, huir, ¿cómo?, socorro, no me gusta, miedo". El mismo profesor acabó por ponerse nervioso y, tras dar tarea a los alumnos, guió a Louise hasta el despacho de la directora. Llamaron a sus padres, pero Louise tampoco reaccionó cuando sus padres le hablaron. Al final optaron por llamar a un psicólogo. Este salió de la habitación donde había hablado con Louise después de dos horas. No traía buenas noticias, les comunicó a los padres de Louise que lo que ella tenía no era temporal , que lo más probable era que empeorase, que podía llegar a intentar quitarse la vida para "huir". Los padres de Louise querían su seguridad y bienestar, el psicólogo les dio otra opción, encerrar a Louise. Encerrar a Louise en un mundo imaginario, un mundo dentro de su mente, intentar que, ya que había dejado de veer la realidad, pudiera ver cosas "bonitas" en vez de todo lo que veía y la aterraba en esos momentos. Y ellos aceptaron. Llorando. Decidieron que era mejor para su hija el vivir en un mundo aparte. El vivir. Y abrazaron a su hija una vez más antes de dejar que fuera "hipnotizada". Esperaron. Casi eternamente. Y Louise salió de la sala seguida por el psicólogo. El hombre parecía agotado y triste. Louise sonreía. Esperanza. Comenzando a brillar en el corazón de los padres de Louise, una semilla de esperanza, tan solo por una sonrisa. Y su madre se levantó y la llamo: "Louise, cariño, ven aquí". Y la esperó con los brazos abiertos. La esperó. Mucho tiempo. Demasiado. El psicólogo lloró. El padre de Louise lloró. La madre de Louise lloró. Louise sonreía. Louise ya no tenía miedo. No, no había miedo, tampoco nadie con quien hablar nunca más. Estaba encerrada. Ignorando completamente las lágrimas a su alrededor. Ignorando el hecho de que durante el resto de su vida, iba a ser completamente dependiente. Ignorando el hecho de que iba a morir alejada de la realidad. Ignorando el hecho de que, sin haber apenas vivido, había perdido la oportunidad de vivir. El psicólogo se fue. Los padres de Louise lloraban. Louise sonreía. La madre de Louise repetía una y otra vez "pero está viva, pero está viva". El padre de Louise miraba a su hija a través de las lágrimas, sin atreverse a tocarla. "Parece tan feliz" Los padres de Louise lo pensaban. Louise sonreía, no miraba a nada y a nadie, sus ojos se habían aclarado sin haber llegado a brillar con intensidad ni una sola vez.
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