sábado, 9 de marzo de 2013

2:02 am

Son las 2:03 am ahora mismo. Acabo de ver algo maravilloso.

He ido al cumpleaños de un amigo de mi madre, pero como me he aburrido bastante, al cabo de cuatro horas, mi madre me ha traído a casa. (Mi casa es un gran terreno en el que hay dos casas piscina y jardines, la casa que queda más lejos de la puerta principal es donde vivo). Así que al atravesar la puerta principal he corrido, casi hasta llegas a mi casa, casi. Algo me ha hecho frenar en seco, algo que yo considero hermoso y digno de ser observado durante horas. Se que a mucha gente le parecerá una cursilada o una tontería, pero no lo es para mi. El cielo me ha hecho frenar. He parado, y he mirado hacia arriba. Un cielo negro, oscuro y frío, plagado de estrellas gigantescas estrellas que se ven como puntitos iluminando la oscuridad, desafiando la distancia y el tiempo. Y me he quedado quieta, unos segundos, embobada, mirando las estrellas como si no existiera nada más, intentando distinguir constelaciones, medio atontada. Hasta que un soplo de viento me ha hecho volver a la realidad, lamentarme de no tener cámara de fotos y volver a correr hasta entrar en mi casa para recibir dos ladridos de Milo. Mientras escribo esto mi colacao se está calentando en el microondas, estoy sola en casa. Mi plan: Ver anime hasta el agotamiento, twittear y disfrutar de un colacao. Envidiadme.

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