La peor llamada telefónica. El peor momento.
No puedo asimilarlo aún.
A veces equivoco y te nombro en presente.
El otro día llegué a casa esperando verte donde siempre.
Y no entiendo qué pasó.
Sé que no importa, que no van a cambiar las cosas.
¿Podríamos haber hecho algo?
Pero fuiste feliz, ¿verdad?
Fuiste amado. Fuiste rey.
No, sigues siendo el rey.
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