miércoles, 3 de febrero de 2016

Lo que no importa.

Cuando te enamoras de alguien. O no, simplemente, cuando quieres a alguien. Cuando te sientes bien junto a una persona y la aprecias de verdad. ¿Importa algo quién o cómo sea? Si una persona te hace sonreír por el simple hecho de existir (aunque a veces no sea así de bonito, pero claro, eso es completamente humano), ¿Qué más da su aspecto? ¿Qué más da su acento? ¿Vas a privarte de la compañía de alguien así sólo porque no eres capaz de aceptar su orientación sexual? O lo que es peor, ¿vas a irrumpir en la vida de alguien para lanzar a su espalda puñales de palabras hirientes por el mero hecho de que no comparte su opinión? No creo que valga la pena. Lo que de verdad importa de las personas es lo que no ves con los ojos. Importa lo que ves con la mente, con el corazón. Importa la cantidad de sonrisas que puede sacarte alguien. ¿Acaso vas a dejar de amar a alguien por sentirse dentro de un cuerpo que no es el suyo? No, si dejas de amar por razones así es que nunca has amado realmente. Si dejas de amar por las cosas que no importan, tal vez ni siquiera sepas lo que es el amor, lo que es la amistad.

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