miércoles, 15 de junio de 2016

Zafira

Se puede coger cariño a un objeto.
Aquel coche llevaba en la familia desde que tenían recuerdos. Habían recorrido miles de kilómetros y vivido cientos de historias en él. Habían asumido que una de ellas sería quien lo arrancase por última vez.
Pero la vida da muchas vueltas, y una de ellas se llevó el coche. Obviamente, si las cosas hubieran sido distintas, eso no habría supuesto ningún cambio. Sin embargo, era casi como una despedida.
Empezaron a darse cuenta de que eran capaces de reconocer el sonido de su motor, pues se giraban en la calle cada vez que un modelo similar pasada cerca, "mira, mamá, un zafira".

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