A veces, de pronto, todo deja de existir. No somos nada. El mundo se desvanece y se restaura el caos total. Entonces la azotea de mi cuerpo estalla y mil y un suicidas saltan hacia el cielo, se estrellan contra las nubes. Y un poeta destripado recoge sus últimas palabras, coleccionista de pilas gastadas. El mundo muere y revive y tiemblan todas mis paredes. El punto medio de todo cuanto he creado se distorsiona y las puertas cobran vida.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
domingo, 15 de noviembre de 2015
Catástrofe antinatural
Canto a los pilares de mi otra patria, que hoy llora con tristeza por las vidas de los suyos. Vidas que en cuestión de minutos fueron obligadas a volar. Somos pequeñas partes rotas por un suceso lejano en materia de kilómetros, pero dolidos todos por empatía que nos hace humanos.Y nos unimos, tristemente, tras un acto de crueldad. Y así deberíamos permanecer, aboliendo todos nuestros bélicos instintos primitivos para avanzar.
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