Puede que se deba al libro que acabo de terminar (Ciudades de Papel, de John Green). A veces me pasa cuando termino un libro. Sobre todo uno así- Que uau, John Green es un genio, llevo un rato repitiéndolo. Leer ese libro ha sido maravilloso. Debería dejar de hablar de ello antes de que no pueda detenerme, porque me embalo al hablar de los libros que me gustan, y soy consciente de que a veces resulto pesada para la gente, y no sé. No sé nada. Dioses, estoy nerviosa-.
La verdad es que no estoy segura de si es por el libro (creo que estoy tecleando demasiado deprisa). No sé porque, me ha dado de repente, escribiendo en mi destrozado cuaderno verde (Odio aquel envase de leche muchísimo, ese cuaderno es muy importante para mi y ahora está bastante débil, y roto, pero no puedo dejar de escribir en él, no puedo. No.) y he comenzado a hacer la letra más grande y no quería pagar mi repentino nerviosismo con el cuaderno, las teclas de ordenador parecían mucho más resistentes. No sé que escribir, pero sigo haciéndolo porque no puedo parar, corregiré las faltas después, estoy tecleando más deprisa de lo que soy capaz. Creo que nunca he tecleado tan rápido. (Después de esa frase he empezado a teclear tan rápido que ya no hacía ni una sola palabra bien y ahora tengo que frenarme a mi misma). Y no sé que demonios pasa.
Calma
Vale. 23:39. Voy a beber agua.
23:41. Mi botella de agua estaba vacía, no quería bajar a llenarla, la he llenado con agua del grifo del baño. Se me han quitado las ganas de beber agua. Puaj.
23:42. Creo que voy a parar ahora. ¿Esto es absurdo?
23:43. Ay. Vale ya. Adiós.
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