domingo, 4 de mayo de 2014

De pequeña, cuando leía, tan solo me fijaba en la historia, y devoraba el libro en cero coma. Y es lo que hacía hasta no hace mucho.
Pero luego empecé a fijarme en la prosa. En como estaban escritos los libros. El primer libro con el que lo hice fue con El nombre del viento de Patrick Rothfuss, la primera vez que lo releí. Al leerlo por primera vez me había fijado en la historia y nada más, y me había encantado. Pero la segunda vez empecé a ver como estaba escrito, como manejaba su autor las palabras. Y desde entonces cuando leo no solo leo la historia.
También empecé a fijarme en los personajes, en lo que no se decía de ellos pero se dejaba ver, en como se formaban, como crecían y cambiaban a lo largo de la historia.
Y todo esto me lleva a una conclusión. Los escritores buenos de verdad son realmente increíbles. Y creo que no se les da a sus obras el valor que merecen.
Creo que, escribir y relatar y conseguir absorber al lector es un arte que no se consigue solo con una buena trama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario