El otro día creí verte en una persona que ni siquiera se parecía a ti y me dio tal vuelco el corazón que volví a pensar que debo ser una persona horrible.
Sé que no manejo las relaciones tan bien como debería. Y a lo mejor el fallo está ahí, que debí fallar en darte lo que querías, no debí hacer suficiente y cuando dejé de creer que el silencio era el de siempre ya era muy tarde. Así que después de dos intentos, conversaciones incómodas y un ataque de ansiedad decidí rendirme. Y me siento horrible cada vez que lo recuerdo. Y sé que podría salir y hacer más, como otras veces. Pero solo de pensar en ello me entra el miedo y conforme más tiempo pasa más grande es. Así que es más fácil rendirse, pensar que lo hice fatal y olvidarme antes de que vuelva a subirme el pulso porque soy egoísta y ya no quiero sentirme así.
Pero lo siento muchísimo. Siento haberte fallado, no haber hecho suficiente y haber estado ciega. Siento no haber sabido comunicarme contigo y fallar estrepitosamente cuando pensaba que estaba haciéndolo bien, claramente me equivocaba. No quería hacerte daño.